Los 8 Oscar de Messi

Messi, número uno indiscutible

Messi, número uno indiscutible / efe

Toni Frieros

Toni Frieros

N i el más brillante de los guionistas de Hollywood hubiera sido capaz de imaginar y crear el hilo conductor de una película de éxito, merecedora de un Oscar, como la que lleva protagonizando Leo Messi desde que aterrizara en el ya lejano año 2000, con trece años, en Barcelona. Un niño que soportó sobre entonces débiles espaldas la responsabilidad de arrastrar a toda su familia, que  dejó Argentina para acompañarle en su sueño de triunfar en el mundo del fútbol. Padre, madre, hermanos, hermana...

Su historia y su vida son sencillamente extraordinarias, merecedora, un día, de llegar a las pantallas de todo el mundo. Una película que retrataría el largo viaje desde el humilde barrio de Las Heras de su Rosario natal (Argentina) hasta el estrellato mundial en Barcelona, alcanzado a base de humildad y mucho trabajo, porque el talento sin esfuerzo se queda en nada.

Es indiscutible que hay personas que nacen con un don y que saben cultivarlo. Entre miles de otros muchos ejemplos, Mozart en la música, Dalí en la pintura, Foster en la arquitectura, Michael Jordan en el baloncesto, Federer en el tenis, Cervantes en la literatura... Genios de su tiempo que se salieron de la normalidad para convertirse en referencia, no solo de sus coetáneos, también de generaciones venideras.

Messi no necesita dejarnos físicamente, como otros grandes personajes, para ser merecedor de elogios y reconocimientos. Es cierto que todavía el Camp Nou no lleva su nombre, pero no estaría mal empezar a pensar, ahora que se busca un ‘naming right’ para el Estadi, en la idea de bautizarlo con su nombre. Sería el mejor homenaje se le podría hacer en vida al mejor futbolista que ha tenido jamás el FC Barcelona y, sin duda, el que más ha aportado a engrandecer su historia y su palmarés.

Único Hace unos días Pep Guardiola, el técnico que está conduciendo al Manchester City a ganar la Premier League con una superioridad aplastante, dijo que el favorito para ganar la Champions League “siempre será el equipo que tenga en sus filas a Leo Messi”. Un elogio al que el domingo se sumó Diego Simeone después de perder por 1-0 en el Camp Nou y, posiblemente, decir adiós a la Liga: “Si Messi hubiera jugado con la camiseta del Atlético, habríamos ganado nosotros”.

Fue una forma muy deportiva y elegante de admitir que por mucho trabajo colectivo que hagas, por mucho esfuerzo individual que lleves a cabo, siempre a un factor que no puede controlar porque no está en sus manos. Y ese factor se llama Leo Messi.

No solamente es el mejor futbolista de todos los tiempos por números, palmarés y prestaciones, sobre todo por la longevidad de sus gestas. Una cosa jamás vista. Si acaso, el tenista suiza Federer. Leo lleva más de doce años al máximo nivel y nunca se ha alejado de la excelencia que le acompaña.

Hoy, es el máximo goleador de la Liga, el que más veces dispara a puerta, el que más asiste a sus compañeros, el que mejor lanza las faltas... En fin, que si hubiera un Oscar al mejor actor principal, al mejor actor secundario, al mejor guionista, a los mejores efectos especiales, incluso de dibujos animados, todos, absolutamente todos, serían para Messi.

Es como ese actor que hay que ir siempre a verle al cine porque su sola presencia en los créditos ya es garantía de éxito, de disfrutar de una gran actuación.

Encima no protesta, no se queja, no se enerva, no pone el grito en el cielo, a pesar de que es machado, perseguido, pisoteado... Messi solo hay uno. Y juega en el Barça. Lleva el ‘10’.