Objetivo de mínimos: ganar el último partido de la temporada tres años después

El partido en Ipurua de este sábado (18.00 horas) despedirá la temporada 2020-2021 para el Barça. Nada se juega el equipo azulgrana en el feudo del descendido Eibar más que la honrilla y asegurar el tercer puesto en la clasificación. Pero después de dos últimas campañas con un sabor muy negativo en el último partido, el objetivo de mínimos debe ser la victoria.

El ridículo de Lisboa

Y es que tanto la temporada pasada como hace dos, la plantilla se fue de vacaciones con dos decepciones. Una inmensa, la sonrojante derrota por 2-8 ante el Bayern de Munich en los cuartos de final de la Champions League. Recordemos que por la pandemia se cambió el formato de la Champions League a uno exprés una vez acabadas las Ligas nacionales. Se jugó en Portugal y el estadio Da Luz de Lisboa fue el escenario de posiblemente el mayor ridículo que recuerde el barcelonismo, al menos, del siglo XXI.

El cuadro muniqués, que terminaría proclamándose brillante campeón, pasó como una apisonadora por encima del Barça de Quique Setién, que cerró una temporada en blanco de la peor manera posible. Un KO que trajo cola y que motivó la llegada de Ronald Koeman para iniciar la transición.

Marcelino le gana la partida a Valverde

Aunque mucho menos, la despedida de la temporada 2018-2019 también fue amarga. Tras proclamarse campeones de Liga con tres jornadas de antelación, en victoria por la mínima ante el Levante en el Camp Nou (1-0), con gol de Leo Messi, llegó el primer 'gran palo' en la eliminatoria de las semifinales de la Champions League ante el Liverpool. Al regresar de Anfield, se jugaron las dos últimas fechas ligueras y el Barça cerró precisamente el campeonato en Eibar. Un 2-2 con la vista puesta en la final de la Copa del Rey.

Los de Ernesto Valverde buscaron el doblete, pero se la pegaron en La Cartuja. Favoritos ante el Valencia de Marcelino, el técnico asturiano le ganó la partida al 'Txingurri' y al descanso ya ganaban los ches con tantos de Gameiro y Rodrigo. Messi acortó distancias, pero no fue suficiente.

Ahora, el Barça tiene la oportunidad de, al menos, cerrar este año la temporada con una victoria y no emular los dos últimos precedentes. Un consuelo menor.