Jaguaré, el único portero brasileño del FC Barcelona

Jaguaré Bezerra de Vasconcelos, el único guardameta brasileño que ha defendido el marco del FC Barcelona. Hasta ahora...

Jaguaré Bezerra de Vasconcelos, el único guardameta brasileño que ha defendido el marco del FC Barcelona. Hasta ahora... / Archivo

David Salinas

David Salinas

El nuevo guardameta del FC Barcelona, Norberto Murara, Neto, no será el primer brasileño que defienda el marco azulgrana. En el verano de 1931, hace ahora 88 años, recaló el primero, Jaguaré Bezerra de Vasconcelos, un nombre que podría asociarse a la más fina aristocracia, pero nada más lejos de la realidad. Empezó trabajando de estibador en el muelle de Río de Janeiro.

La incorporación de Jaguaré, como la de Neto, generó debate. Si el fichaje del ex del Valencia se ha consumado para cuadrar el balance económico, el de Jaguaré, que llegó procedente del Vasco da Gama junto a su compatriota Fausto Dos Santos Judiel, también tuvo un alcance más allá del meramente deportivo.

La directiva azulgrana, presidida por Gaspar Rosés (tercera etapa), en el cargo desde el 30 de junio de 1930, se había propuesto como objetivo la renovación del equipo. Jugadores como Mas, Sagi, Samitier o Piera, otrora columna vertebral del Barça, estaban ‘sentenciados’ (pondrán fin a su trayectoria culé en 1932) y había que buscarles sustitutos. Y rápido. La política interesaba más que el fútbol y así se reflejaba en las taquillas. La crisis también golpeaba duro y el Barça se ajustó al momento rebajando los salarios a sus futbolistas.

Un primer golpe de efecto fue organizar partidos amistosos en Les Corts para recuperar el público, pero ni así… El siguiente paso fue fichar estrellas internacionales, aunque no pudieran jugar partidos oficiales reglamentación en mano. El Barça apostó por los brasileños. El elegido fue Jaguaré, que se había exhibido días antes con el Vasco en Les Corts en dos amistosos.

También se contrató a Dos Santos (apodado la ‘Maravilla Negra’) y pudo firmar a un tercer brasileño, Fernando, pero por su condición de suplente (nadie lo vio jugar) fue descartado. ¿Cómo afrontó el Barça el fichaje de los brasileños en plena crisis? En algunas crónicas de la época se deslizó que un mecenas había costeado la operación. 

Experiencia fallida

Jaguaré (Río de Janeiro, 14-05-1905) no cuajó. Excéntrico y malabarista, solía irritar a los rivales con acciones que denotaban superioridad, como parar con una sola mano o hacer rebotar el balón en la cabeza del delantero para volver a recuperarlo… Por su condición de extranjero no pudo jugar partidos oficiales, pero tampoco después de cursar la nacionalización española por requerir la normativa de la Federación un mínimo de tres años de residencia en el país. Se alineó solo en 18 partidos amistosos, todos en 1931.

Contaba Jaguaré a su llegada a Barcelona, a Xavier Picanyol, de La Rambla, que “a los 10 años jugaba en la calle con pelotas de cuero y me había hecho un prestigio rompiendo los cristales de las casas de los alrededores de donde solíamos jugar”; que su ideal era “comer mucho, digerir bien, dormir y no tener problemas” y que “solo leo periódicos, y si hablan de mí”.

Su primer club fue el Santos (1924-27), de donde pasó al Vasco (1927-31). Después de su fallida etapa azulgrana (1931), regresó a su país para jugar en el Corinthians (1934-35), pero volvió a Europa: Sporting de Portugal (1935-36), Marsella (1936-39) y Académico Porto (1939-40), su cuarta y última escala en Europa.

Cuando volvió a Brasil, huyendo la II Guerra Mundial, fue conocido por ser pionero en usar guantes, innovación que trajo después de su etapa europea, aunque mantuvo que los usó allí para “combatir el frío” y no para mejorar su rendimiento. Quiso jugar en el Corinthians, pero pidió una cantidad de dinero exagerada. Le cerraron las puertas.

Acabó en el Sao Cristovao (1940), pero ya no era el mismo. Arruinado y en decadencia, acabó su vida peregrinando por calles y calabozos. Una versión sitúa su final, con 41 años, tras una pelea con la policía de Santo Anastácio (Sao Paulo) en octubre de 1946. Otra apunta que murió en el manicomio de Juqueri, en Franco da Rocha, también en la misma fecha.

Desanimaba a sus competidores

Siendo titular en el Vasco da Gama, nunca admitió la presencia de otro guardameta en el equipo. Cuentan que cuando llegaba un candidato a competir por su puesto, Jaguaré, al que apodaban en Brasil ‘Dengoso’, hacía pasar una prueba de fuego al portero que osaba ocupar su posición: la prueba del penalti. Él los ejecutaba con especial potencia debido a su complexión física, fuerte y resistente por estar acostumbrado a mover sacos de harina, arroz o cualquier otro producto en su etapa como estibador.

Nadie resistía semejante ‘examen’ y los aspirantes a guardameta salían por piernas. Jaguaré, entonces, esperaba a la nueva víctima. Su celo por jugar llegó al extremo de amenazar, en una ocasión, al técnico del Vasco, el inglés Welfare, con un cuchillo... Jaugaré, que llamaba al balón “bichinha” lo quería jugar absolutamente todo.

En un Sète-Marsella marcó de penalti

De su etapa francesa, en el Olympique de Marsella (apadrinado por Josep Samitier), destacó en el duelo del 1 de mayo de 1938, de Liga, contra el Sète (1-1) de Balmanya y Raich (Escolà no jugó). Jaguaré, que había fallado en el 1-0, empató el partido al transformar un penalti: “En mi país, quien comete un error, debe corregirlo”, argumentó para tirarlo. Además, vio que su compañero Emmanuel Aznar, el lanzador, se quejaba del golpe recibido y corrió al marco contrario. Le dijo al portero René Llense por dónde lo iba a superar –por la izquierda– y así lo hizo.

En la segunda mitad siguió con su show en los penaltis, pero ahora estando él bajo los palos. En el primero le dijo al rival: “Dispara, dispara, nunca podrás con el gran Vasconcelos”. Y el balón se perdió por encima del travesaño. En el segundo, después de sonreír burlonamente al lanzador, no se movió y se hizo con el balón.