Dos clásicos en el 'exilio'

Una alineación del FC Barcelona de la temporada 1946-47

Una alineación del FC Barcelona de la temporada 1946-47 / Antoni Campañà

David Salinas

David Salinas

No todos los clásicos en feudo blanco se jugaron en casa del Real Madrid. En la década de los cuarenta, dos los albergó el estadio Metropolitano, alcázar del Atlético. 

La razón de llevar los partidos de la máxima al alcázar rojiblanco no fue otra que la construcción del entonces nuevo coliseo madridista, el llamado Nuevo Chamartín y, desde 1955, Santiago Bernabéu. En el puntual exilio del Real Madrid el FC Barcelona no fue capaz de sumar la victoria en ninguna de las dos ocasiones (1946-47 y 1947-48) en las que el clásico pasó de Chamartín al Metropolitano. 

El Real Madrid, bajo la presidencia de Santiago Bernabéu, impulsó la construcción de un nuevo terreno de juego con más aforo y más moderno y, tras la obtención de los permisos correspondientes, puso la primera piedra del nuevo recinto el 27 de octubre de 1944. Al principio, la obra no afectó al viejo, pero con el paso de los meses, al elevarse el nuevo campo en un terreno adyacente, paralelo a la Castellana, acabó por inutilizarlo. La mudanza ya no pudo demorarse.

El equipo blanco llamó la puerta del vecino y el Atlético cedió su campo, el Metropolitano, para que el Real Madrid jugara allí de local mientras el nuevo Chamartín iba tomando forma. El equipo colchonero, de esta forma, devolvió el favor que le había hecho el Real Madrid cuando reconstruyó el Metropolitano, afectado durante la guerra. El Atlético jugó entonces en Chamartín y Vallecas antes de poder volver a casa.

De esta forma, el FC Barcelona, como el resto de equipos las temporadas 1946-47 y 1947-48, se enfrentó al Real Madrid en el Metropolitano, con capacidad para unos 30.000 espectadores. La primera visita azulgrana tuvo lugar el 1 de diciembre de 1946 y el equipo de Pepe Samitier cosechó una derrota (2-1) que lo alejó dos puntos del equipo blanco. La segunda, ya con el uruguayo Enrique Fernández en el banquillo, llegó el 12 de octubre de 1947 y terminó con empate (1-1).

polémica

El FC Barcelona afrontó el primer clásico en el Metropolitano con bajas muy sensibles en vanguardia: ValleEscolàMartínBravo… La alineación fue casi un experimento. Samitier era muy consciente de ello. Así lo aseguró en la víspera del choque en Marca: “Lo principal es que el equipo salga con ánimo, hermanado y con alegría. Si se consigue esto, que es lo principal, tienes ya el cincuenta por ciento del partido a tu favor. El resto depende de la fortuna que tengas y de la inspiración del contrario”.

El Barça jugó bien, aunque a juicio de Samitier a la delantera le faltó, además de remate, “experiencia”. El Mago se quejó del penalti: “De no habernos tocado el castigo, que sigo diciendo creo injusto, el partido hubiera tomado otro cariz en la segunda parte. ¡Pero estaría así escrito!”. El meta Velasco también expresó su disconformidad por la pena máxima: “Si el Madrid no marca tan pronto, ¡de qué nos van a ganar!”.

Otra vez en el Metropolitano

El segundo clásico en el Metropolitano fue más positivo. El Barça arrancó un punto contra un Madrid que no conocía la victoria en las tres primeras jornadas. De todas formas, jugó mejor el equipo de Enrique Fernández, que tampoco pudo contar con pesos pesados de la delantera, caso de Martín, lesionado en un partido con la selección catalana.

Antes del 0-1, en propia puerta de Azcárate tras un centro de PericheCésar estrelló un balón en el larguero. También Colino, en el segundo tiempo, pudo hacer subir el 0-2, pero Clemente, sobre la misma línea sacó su disparo. Al final, Barinaga, firmó el empate.

El Madrid, finalmente, inauguró el Nuevo Chamartín (con capacidad para 75.145 espectadores) el 14 de diciembre de 1947 contra el Belenenses (3-1). Sin embargo, el siguiente duelo, el Real Madrid-Espanyol, aplazado la décima jornada, se jugó en el Metropolitano el 18 de diciembre. El primer duelo oficial fue el contra el Athletic (5-1) el día 28, partido de la 14ª jornada que fue aplazado por coincidir con la inauguración del nuevo coliseo blanco.