Cuentas pendientes... por las dos partes

El ilusionante Barça de Xavi llega a Múnich con el reto de confirmar las buenas sensaciones mostradas hasta ahora y con Lewandowski como gran protagonista

El Barça llega dispuesto a vengar el 2-8 y la eliminación del año pasado, mientras el Bayern, con dudas, no olvida que los blaugranas le arrebataron al goleador polaco

Entrenamiento del Barça en Múnich

Así se entrenaron los de Xavi en Múnich antes del partido ante el Bayern / Ferran Correas

Ferran Correas

Ferran Correas

Partidazo en la segunda jornada de la fase de grupos de la Champions. El renovado e ilusionante Barça de Xavi Hernández visita a uno de los grandes del fútbol europeo, el Bayern de Múnich, que calibrará las fuerzas reales de los blaugrana tras un más que notable inicio de curso. Cuatro victorias y un empate en el campeonato liguero y una goleada en el debut europeo han provocado que la alegría se haya instalado en el Camp Nou. Para confirmar las buenas sensaciones, un buen resultado en el Allianz Arena sería más que interesante. Eso sí, las visitas del Barça al Bayern no son un buen precedente.

Precedente

Ha visitado el equipo blaugrana hasta seis veces Múnich, con dos empates y cuatro derrotas. El balance de enfrentamientos entre los dos equipos es muy favorable a los alemanes, con nueve victorias para el Bayern, dos para el Barça y dos empates. Especialmente dolorosas han sido las últimas derrotas para el equipo blaugrana. Fue eliminado por el Bayern la pasada temporada tras perder de forma clara en los dos partidos de la fase de grupos (0-3 y 3-0). Nada por eso como el humillante 2-8 de Lisboa. Aquella goleada en los cuartos de final de la Champions del coronavirus que será imposible de olvidar para los aficionados del Barça.

Por esos resultados, el equipo de Xavi tiene cuentas pendientes que saldar con el Bayern y una gran oportunidad para cambiar la tendencia y demostrar a Europa que ha vuelto, que es otra vez un equipo temible. Una situación muy diferente a la del año pasado, cuando el Barça, ya con el de Terrassa en el banquillo, visitó Múnich derrotado. “El año pasado lo pasamos muy mal, pero ahora podemos competir. Ha cambiado nuestra mentalidad y nuestra personalidad”, explicaba ayer Xavi.

Y es que de la recuperación del Barça ya se están dando cuenta sus rivales. “Les conocemos, pero ellos tienen nuevos jugadores, importantes, como Lewandowski por ejemplo. Tienen un nuevo espíritu. Podemos olvidarnos del Barça de anteriores temporadas, porque es otro equipo. Les he dicho a mis jugadores que se olviden. Este Barça es agresivo, aprietan muy arriba, hacen muchas acciones en posesión”, decía ayer el entrenador Julian Nagelsmann. 

Lewandowski

Para cambiar esa tendencia, el club ha realizado una apuesta arriesgada y necesaria este verano, dotando a Xavi de una gran plantilla y fichando a un futbolista que está entre los mejores del mundo. Curiosamente, había jugado las últimas ocho temporadas en el Bayern. Robert Lewandowski, el Bota de Oro europeo, jugaba con los alemanes en los citados partidos y ahora lo hace en el Barça. Es una diferencia sustancial. Ha marcado el polaco nueve goles en seis partidos de blaugrana, además de haber repartido dos asistencias, mientras su sustituto en Múnich, Sadio Mané, está recibiendo muchas críticas. El Bayern ha empatados sus últimos tres partidos en la Bundesliga y es tercero en la clasificación, protagonizando su peor arranque desde la temporada 2010-11. Esta situación ha provocado críticas, nerviosismo y cierto malestar entre algunos jugadores y el entrenador. 

Fue Lewandowski el gran protagonista de la previa del partido y lo será del encuentro. La afición está dividida sobre cómo debe recibirle, aunque cada vez son más los aficionados locales que apuestan por los aplausos para agradecerle todo lo que les dio. “Fue una parte importante de la familia del Bayern. Debe tener una buen recibimiento”, decía Nagelsmann. “Claro que hay ciertos momentos en los que le echamos de menos. Ha hecho historia en el Bayern”, seguía Thomas Müller. Buenas palabras, pero también ciertas ganas en el ambiente de querer demostrarle al polaco que se equivocó con su decisión. Cuentas pendientes hay por las dos partes.