Coutinho y el puzzle que viene

Dídac Peyret

Dídac Peyret

La salida de Neymar y la lesión de Dembélé despejó el camino para Valverde. La estrategia de prueba y error terminó con un giro en el dibujo para dar con la tecla: del 4-3-3 de las últimas temporadas se pasó al pragmatismo del 4-4-2.

Como resultado los laterales cogieron una jueva dimensión en el equipo, siendo Sergi Roberto y Alba dos piezas fundamentales tanto para abrir el campo como para facilitar las cosas a jugadores como Iniesta y Messi. 

La llegada de Coutinho ha obligado a Valverde a tener que repensar al equipo sin poner en peligro los equilibros del vestuario. El cambio de Iniesta por el brasileño ante el Espanyol tuvo algo de simbólico, como si el Camp Nou fuera testigo de un futuro que ya no parece tan lejando.

Pero el presente obliga a Valverde a buscar fórmulas para que ambos coincidan en el campo. Sobre todo porque conviene no jubilar a Iniesta antes de tiempo, un futbolista que ha reivindicado esta temporada su vigencia. 

La presencia de Cou y Dembélé augura una nueva reinvención del Barça de Valverde

El encuentro copero sirvió para comprobar que Coutinho se siente cómodo en el interior izquierdo. Del mismo modo que el partido ante el Alavés dejó entrever una versión menor del brasileño en la banda derecha.

Lo percicibió Valverde, que en la segunda mitad ordenó un rombo en el mediocampo para que Coutinho ocupara una posición más centrada. De entrada incluso pareció que el equipo volvía al 4-3-3 con Coutinho por delante del resto de centrocampistas por la banda derecha. Una banda que no funcionó.

En primer lugar, porque Semedo y Paulinho ralentizaron el juego y nunca estuvieron cómodos. En ese contexto, Coutinho tuvo problemas para encontrar socios y tendió a alejarse de la banda derecha. En el campo algunos jugadores como Messi no disimularon su incomodidad con los laterales que ayer salieron en el once.

Valverde deberá hacer equilibrios para gestionar una plantilla con más recursos

El argentino le pidió a Semedo que jugara más adelantado y se pegara a la banda para encontrar espacios por el medio. Y atrás Umtiti hizo lo mismo con Digne. 

La entrada de Sergi Roberto y Alba fue toda una delcaración de intenciones de Valverde. También la sustitución de Coutinho. "Tiene que ir adaptándose, los jugadores no son máquinas que funcionan en un engranaje desde el primer día. Le he visto bien, pidiendo el balón y jugando bien por dentro. A ver si va entrando poco a poco", explicó el técnico.

Valverde ahora tiene la opción de elegir. No es poca cosa, porque eso también implica más margen de decisión y responsabilidad ¿Buscar el mejor contexto para Coutinho o sacrificar su mejor versión en pos del equipo?

El regreso de Dembélé sumará más piezas para un nuevo puzzle -más complejo, más sofisticado- que anticipa una nueva reinvención del Barça de Valverde.