Al Barça se le pone cara de derrota

El Barça reclamó una posible falta en el primer gol del Granada

Dídac Peyret

Dídac Peyret

Desde hace años el Barça se ha aferrado a los excesos de Messi para dominar la Liga. A su abuso de talento. A su derroche competitivo. Y a una longevidad histórica que ha alargado la hegemonía azulgrana y ha tapado las costuras del equipo muy a menudo. 

Pero esta temporada solo ha disfrutado del '10' a ratos y el Barça parece perdido y alicaído. Desenchufado. Muy gris. Como en Granada, con un once novedoso, pero con un guión parecido que se repite. El equipo se desmorona fuera de casa y se le está poniendo cara de derrota.

La imagen de De Jong al final del partido, disculpándose con los aficionados, es la de un jugador avergonzado. Y la imagen de De Jong durante los partidos es la de un tipo perplejo al que le han dado gato por liebre. Se imaginó un Barça y se ha encontrado un panorama desalentador.     

Ya no se trata de un accidente y sí de una tendencia porque el Barça suma siete partidos sin ganar fuera de casa desde la temporada pasada. Cinco meses. Desde el 23 de abril ante el Alavés. 

Le cuesta un mundo tener ocasiones. Y se desangra en defensa (no hay equipo que encaje más goles en LaLiga con nueve). "Tenemos que ser más decisivos, más verticales, más contundentes", dijo El Txingurri antes del partido. Pero el Barça no se encuentra como si todavía estuviera en pretemporada. Sin un once reconocible. Y muchos cromos por encajar.

El más llamativo, el caso de Griezmann, que parece ausente, aislado en la banda, sin la alegría que exhibía en el Atlético, donde era el centro de operaciones. Se sabía que el extremo no era el mejor contexto para el francés, pero costaba imaginarse que pasaría tan desapercibido.

Las ausencias del francés empiezan a recordar a las de Coutinho, que terminó su etapa en el Barça desencajado. Un sentimiento que vivió en primera persona Junior, que sufrió un angustioso debut como titular. El error en el primer gol del Granada no se despegó de su cabeza. Y Valverde hizo lo mismo que la temporada pasada con Miranda: ya no salió en la segunda parte. 

Jugar en el Barça puede ser una prueba de resistencia. Y muchos de los nuevos no soportan la crudeza del escrutinio. Otros, los especiales, son capaces de rebelarse ante la adversidad incluso con 16 años. Que Leo Messi lo escogiera como socio para tratar de levantar el 0-2 habla de la magnitud de su irrupción. Así de asombroso es lo de este adolescente llamado Ansu Fati. 

Pero Ni Ansu ni Messi fueron suficientes, con su entrada en la segunda parte, para levantar un Barça instalado en una impotencia preocupante. En 24 años es la peor puntuación del Barça en la jornada 5: siete puntos de 15.

No hay precedentes desde que hay la Liga de los tres puntos. El lunes empieza el otoño, pero el Barça sigue en verano.