"¡Somos el Barça!", el lema de Joan Laporta para convencer a todos de los fichajes

El presidente del Barça ha hecho ver a sus directivos que la única manera de consolidar el proyecto era trayendo a los mejores

Laporta ha repetido la fórmula que le permitió cerrar el círculo virtuoso en su primer mandato

Joan Laporta: "Con Lewandowski seguimos construyendo un equipo más competitivo"

Joan Laporta: "Con Lewandowski seguimos construyendo un equipo más competitivo" /

Xavier Ortuño

Xavier Ortuño

El FC Barcelona está muy cerca de cerrar el fichaje de Jules Koundé, un refuerzo que parecía utópico hace apenas unas semanas, dada la precaria economía del club. Como también parecía utópica la llegada de Robert Lewandowski. Incluso la de Raphinha. El polaco y el brasileño, sin embargo, ya vistieron de blaugrana en la victoria ante el Real Madrid (0-1). El ex del Leeds firmó incluso el triunfo con un golazo de bandera, una obra de arte que se sumaba a la diana que conseguía en su estreno ante el Inter Miami (0-6). Y el martes podemos asistir al anuncio oficial del central del Sevilla. Todo ello, peleando con el todopoderoso, económicamente hablanco, Chelsea, que ha puesto toda la carne en el asador para hacerse con los servicios del fránces y el brasileño sin éxito.

La precaria situación económica hizo que el Barça comenzara el mercado de fichajes con perfil bajo, anunciando las contrataciones de Franck Kessie y Andreas Christensen con la carta de libertad. Y en la agenda había otros dos futbolistas, César Azpilicueta y Marcos Alonso, cuya salida podía ser asequible teniendo en cuenta su edad y su situación contractual. Con el paso de los días la situación dio un vuelco de 180 grados y la dirección deportiva empezó a activar los refuerzos de primer nivel que tenía aparcados en su agenda.

La maquinaria empezó a ponerse en funcionamiento cuando el club cerró la primera de las operaciones financieras que tenía abiertas, la venta del 10 por ciento de los derechos de televisión por 25 años a la empresa americana Sixth Street Partners por 207,6 millones y una plusvalía de 267 que permitía cerrar el ejercicio con beneficios. Tras este movimiento, el Barça pudo poner encima de la mesa los 58 millones que permitieron arrebatarle al Chelsea el fichaje de Raphinha y los 45 para convencer al Bayern que abriera la puerta a Lewandowski.

Hace apenas cuatro días, el club cerró una segunda operación financiera, la venta del 15 por ciento de los derechos de televisión restante que la asamblea de compromisarios había autorizado, también por 25 años y a la misma empresa por 400 'kilos', lo que permite al club pasar de la regla del 1-3 a la del 1-1 por lo que hace referencia a la inscripción de futbolistas. Total, que el Barça volvía a estar en disposición de pelear en el mercado con los grandes de Europa.

El presidente Joan Laporta anda estos días eufórico por Estados Unidos. El presidente ha sido clave para convencer a la directiva y al entorno del club de la necesidad de hacer un esfuerzo para construir la mejor plantilla posible. "¡Somos el Barça!" ha sido el lema más repetido por le máximo mandatario blaugrana desde que se abrió el mercado de fichajes.

Laporta ha explicado a su entorno más cercano que el Barça no podía volver a codearse con la élite futbolística sin este esfuerzo. Que la única manera de que el proyecto pudiera tirar adelante era generando ilusión y alegría y que eso solo se conseguía con victorias. Y que todo eso no llegaría con jugadores de perfil medio. El presidente insistió en su apuesta de ir a por futbolistas que marcaran diferencias como ya hizo en su primer mandato, cerrando así un nuevo círculo virtuoso.

Cuando accedió a la presidencia, en 2003, apostó Ronaldinho como pieza angular de su proyecto. Y en su segunda campaña hizo una inversión millonaria para rodearle de varios de los mejores futbolistas del momento: Deco, que venía de liderar al Oporto, campeón de Europa; Ludovic Giuly, clave con sus goles en la eliminación del Real Madrid de las semifinales de la Champions League a manos del Mónaco; y Samuel Eto'o, que venía de convertirse en el máximo goleador de la historia del Mallorca tras cinco temporadas a un nivel altísimo.

Laporta ha optado por la misma política. En el mercado de invierno ya hizo un esfuerzo por Ferran Torres y Pierre Emerick Aubameyang y ahora ha dado un golpe encima de la mesa con Lewandowski, Raphinha y, muy probablemente Koundé. En esta ocasión ha contado con la inestimable ayuda de Xavi, clave en todas las operaciones convenciendo a los futbolistas de su proyecto.