Ansu Fati vivió el derbi con la intensidad de un canterano

Ansu se tomó el partido con ganas, vio una amarilla y se las tuvo con Mateu Lahoz

Se pegó a la banda izquierda, dejó especio a Jordi Alba, y solo le faltó mayor precisión

Ansu Fati disputa un balón con Braithwaite en el Barça - Espanyol

Ansu Fati disputa un balón con Braithwaite en el Barça - Espanyol / EFE

Jordi Gil

Jordi Gil

Para un jugador formado en La Masia, un derbi siempre es especial. Eso se notó en Ansu Fati, quien jugó ante el Espanyol con grandes dosis de tensión y, aunque no tuvo mucho acierto, no se le puede reprochar que se tomara el partido con el máximo interés.

Ansu se situó en la banda izquierda, jugando a pierna cambiada, y con la misión de trabajar también por dentro con diagonales para dejar espacio a Jordi Alba. El movimiento táctico funcionó, si bien el delantero le faltó cierta finura en el pase. Tampoco encontró portería en su primer remate de rosca, que se marchó alto.

Pese a ello, se notó que el '10' del Barça ha vivido derbis desde pequeño. Jugó con una gran intensidad y Mateu Lahoz ya le llamó la atención en un saque de esquina a los 13 minutos. El polémico colegiado valenciano estaba muy pendiente de Ansu y, a la segunda, ya no le perdonó la amarilla. Un golpe con la mano en el rostro de Óscar Gil mientras protegía un balón le valió la amonestación.

Mateu no siguió el mismo criterio a favor de Fati cuando recibió una dura entrada de Brian Oliván, que no recibió el castigo de la amarilla. La acción valió las protestas de Xavi, que acabaron con un abrazo en otro show marca de la casa del árbitro.

Ansu estaba muy marcado y la presión le pasó factura en una pérdida que acabó en la primera ocasión del Espanyol. Nico Melamed culminó la jugada con un lanzamiento que se marchó lamiendo el poste tras rebotar en Sergi Roberto.

Buscó a Lewandowski

Tras el descanso, el joven futbolista lo continuó intentando y probó algún desmarque de ruptura cuando los blanquiazules avanzaban líneas. Se buscaron con Lewandowski, aunque no encontraron la fórmula para combinar con acierto.

Xavi, fiel a sus planes habituales, decidió relevar a los dos extremos, que habían trabajo mucho en ataque y defensa en el minuto 61. Ferran Torres entró por Ansu y Dembélé hizo lo propio por Raphinha. Mucho trabajo y desgaste en un partido de brega.