El Barça busca salir de su particular 'día de la marmota'

Se suele decir que las crisis se saben cuando empiezan pero no cuando acaban y que efectos colaterales dejarán en los afectados. En este sentido, el nuevo proyecto del Barça Lassa está viviendo su particular ‘día de la marmota’. Un inicio fulgurante (cinco victorias seguidas) dio paso al actual escenario: cinco derrotas consecutivas y muchas dudas en el juego. Propósitos de enmienda no han faltado entre técnico y jugadores. Pero, a la hora de la verdad, el equipo no ha sabido sacudirse la ansiedad y los errores en su juego. Y, como en un bucle perverso, a cada partido la losa mental es mayor. No queda otra que dar con la tecla que reconduzca la situación...mientras se compite. Un ejercicio nada fácil pero vital.

1.ganar consistencia a partir de la defensa

Adam Hanga lo pudo decir más alto pero no más claro. En declaraciones a RAC1, el alero húngaro fue demoledor: “Nuestra defensa es una mierda. No sé si es un colapso pero es evidente que el problema es defensivo”.  El Barça ha pasado de encajar 72,8 puntos a recibir 85,2 (97 contra el UCAM Murcia en el último partido en el Palau).  La defensa agresiva, que postula Sito Alonso, para construir a partir de ella la faceta ofensiva se está diluyendo. Poca presión globalmente hablando y demasiadas canastas fáciles concedidas es un lastre que acaba pasando factura a lo largo de los partidos donde penaliza el ir a remolque en el marcador o no ser capaz de mantener ventajas consistentes, cuando se logran, a lo largo de los partidos.

2. las concesiones atrás pasan factura en ataque

Las concesiones en el aspecto defensivo crean ansiedad a la hora de atacar. La peor medicina para tomar las mejores decisiones en cada momento. En este apartado también los números demuestran la tendencia. El Barça ha pasado de anotar 94,4 puntos de promedio a quedarse en 79. Sus porcentajes de tiro exterior también se han desplomado pasando de un 44,9% de acierto en triples a un 32,1%. Y sin amenaza consistente desde el perímetro es más fácil para los rivales cerrarse  en la zona y lograr que, a la postre, el ataque se colapse. Recuperar la frescura es vital para evitar que la precipitación en las acciones se convierta en una peligrosa seña de identidad.

3.la dirección de juego y la política de rotaciones

Es una evidencia que un equipo sólido y con personalidad se construye a partir de una dirección de juego consistente. Thomas Heurtel es un grandísimo anotador pero propenso a los altibajos a la hora de dirigir a sus compañeros. Phil Pressey es la otra cara de la moneda. Sólido atrás pero debe creerse que también es capaz de sumar -sin obsesionarse pero sí cuando sea necesario- en ataque. Pau Ribas puede ser una opción puntual pero nunca una solución duradera. En una plantilla amplia y con ocho caras nuevas, la gestión de los roles es básica. A la espera de lograr los necesarios automatismos, Sito Alonso debe conseguir que todos los jugadores sean capaces de ofrecer lo mejor de sí mismos con intensidad, en los minutos que estén en cancha.

4.claver y sanders, dos nombres para sumar

De no surgir nuevas contingencias, Sito Alonso cuenta con dos nombres propios más: Víctor Claver -inédito esta temporada por una lesión de rodilla- y Rakim Sanders , ausente desde del 12 de octubre por un percance en la muñeca derecha. Claver podrá ampliar la rotación, básicamente, en el puesto de ‘cuatro’ y no es desdeñable que en momentos puntuales evolucione como ‘cinco’, según las características del rival. Sanders apuntalará, el puesto de ‘tres’ junto a Hanga con más contundencia física y amenaza desde el perímetro. 

5.el olympiacos será la prueba del algodón

Todas las consideraciones anteriormente expuestas serán sometidas a un nuevo examen -es lo que tiene este calendario- mañana en el Palau frente al Olympiacos. Los atenienses llegarán sin Vassilis Spanoulis -de hecho aún no ha debutado esta temporada por problemas de rodilla- pero ello no les ha impedido ser uno de los dos equipos -el otro es el Madrid- invicto hasta la fecha. La solidez y consistencia del juego de los ‘rojos’, un equipo coriáceo, será un buen termómetro para comprobar si el Barça es capaz de aparcar su depresión y dar un paso adelante.