El Barça recibe al Andorra... ¿con la lección aprendida?

La gestión del MoraBanc Andorra una vez consumado el descenso en mayo de 2022 ha sido notable. Una vez calmados tras aquella jugada polémica y fatídica ante el Lenovo Tenerife, el club se puso manos a la obra para iniciar la travesía en la LEB Oro con el objetivo de que fuese de tan solo una temporada. Y lo logró.

Como muestra de esa política de trabajo, el club no se desprendió del internacional español Tyson Pérez y optó por una cesión primero al BAXI Manresa y después a un Real Betis Baloncesto en el que explotó y rozó el ‘milagro’ de la salvación junto a Jean Montero.

Revolución

El cuadro andorrano ha sufrido una metamorfosis tan absoluta que el único superviviente del equipo que cayó en el Palau contra el Barça de Saras por 107-88 en la campaña 2021-22 es el catalán Nacho Llovet en su cuarta campaña seguida en el club. Los grandes referentes de aquel equipo que aún dirigía David Eudal tras la destitución de Ibon Navarro eran los estadounidenses Clevin Hannah (ahora en el Scafati Basket de la Serie A italiana) y Codi Miller-McIntyre (Baskonia).

Satoransky y el fortín del Palau

Con un proyecto más modesto, el club ha confiado en el técnico del ascenso, un Natxo Lezkano que debuta en la Liga Endesa tras sus seis años como ‘segundo’ en el Baskonia (2001 a 2007). El portugalujo comparte el cargo con el de seleccionador de Costa de Marfil en su segunda etapa con la plata en el Afrobasket’21 como mejor éxito.

Además de Tyson Pérez (11 rebotes en la segunda jornada), el MoraBanc Andorra ha incorporado entre otros al base húngaro Adam Somogyi (del Fehervar), al pívot croata Marin Maric (Larissa) y a los estadounidenses Marcel Starks (base que llega del Darussafaka), Andy Goudelock (escolta, Bilbao) y al base Jerrick Harding, quien brilló en Manresa y será baja en el Palau. Tampoco estará hoy el alero sueco Czerapowicz (UCAM Murcia).

El gran ‘susto’

Los andorranos vienen de lograr su primera victoria en su regreso a la Liga Endesa en el duelo de recién ascendidos ante el Zunder Palencia (97-74) después de las derrotas iniciales ante el Surne Basket (95-73) y el Río Breogán (63-69) en una clara línea ascendente.

El peor enemigo del Barça será la confianza tras la victoria ante el Anadolu. Ese pecado estuvo a punto de salir caro en la segunda jornada en Palencia, donde caía por 67-60 a 1:48 del final y logró un triunfo que parecía imposible con una genialidad de Laprovittola que forzó la prórroga tirando a fallar el segundo tiro libre y anotando después de atrapar el rebote.

Hoy en día cualquier equipo se atreve a intentarlo si se deja la puerta entreabierta y ahí debería verse hoy si el paso adelante que dio el equipo el jueves es una realidad y vuelve a mostrar una imagen madura. Y toca seguir ganando después de sufrir en la Liga Endesa la segunda derrota del curso a manos del Real Madrid (la primera llegó en las semifinales de la Supercopa).

El ‘factor’ Palau

El Barça cuenta por victorias los dos encuentros que ha disputado en el Palau (95-79 contra la Penya y 91-74 contra el Anadolu en Euroliga). Y gran parte de culpa en el pasado título liguero estuvo en la fuerza como local de un cuadro azulgrana que ganó 21 de sus 22 duelos en casa.

"Jugar en el Palau tendría que ser nuestro punto fuerte como la temporada pasada, que no perdimos ningún partido en casa (en la fase regular) de la ACB. Tenemos que tomarnos muy en serio a todos los rivales y mentalizarnos no debe ser complicado después de lo que nos pasó en Palencia", ha comentado este sábado en la previa Tomas Satoransky.