LA BATERÍA DEL FUTURO

La batería de estado sólido podría ser el futuro de los eléctricos

LG y Samsung aseguran que están a dos años de aterrizar y son más eficientes y seguras.

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Tesla Model S, el mejor ejemplo de prestaciones en vehículos eléctricos. / TESLA

Àlex Soler

Àlex Soler

El cambio de los motores de combustión tradicional hacia la motorización eléctrica está sucediendo en la industria de la automoción. Todos los fabricantes investigan en este campo porque el salto se dará de manera definitiva durante las próximas décadas. Incluso las marcas más lujosas, como Ferrari y Lamborghini, apostarán por la hibridación y saben, que en un futuro, deberán dejar de lado sus amados V12. Hay marcas que se han comprometido a, gradualmente, ir electrificando sus gamas y otras, como Tesla, que desde su creación solo fabrica coches 100% eléctricos.

De momento, los fabricantes han optado por las baterías de ion de litio para propulsar sus eléctricos. Estas baterías están construidas a base de celdas de almacenamiento de energía llenas de un líquido que conduce de manera muy eficiente los iones entre los polos positivo y negativo de la batería. El problema con esta tecnología es que, además de buen conductor, este líquido es muy inflamable, por lo que, en automoción, puede ser muy peligroso.

BATERÍAS DE ESTADO SÓLIDO

LG y Samsung, dos de las marcas que están investigando un nuevo tipo batería, llamada de estado sólido, aseguran que en poco más de dos años podrían estar utilizándose y que mejoraría en varios aspectos a las de ion de litio. Este tipo de batería utiliza un compuesto sólido de metal de litio que cumple la misma función que el líquido de las baterías de iones pero que aumenta la densidad de las mismas, es decir, serían más pesadas. 

Para el sector del automóvil, estas baterías podrían tener varias ventajas respecto a las utilizadas actualmente. Por ejemplo, al omitirse el líquido inflamable, automáticamente las baterías de estado sólido son más seguras en escenarios como un accidente, ya que tienen muchas menos posibilidades de incendiarse. Por otro lado, las baterías en estado sólido podrían llegar a ser hasta un 95% más densas que las de ion de litio, permitirían almacenar más energía. Algunos resultados de estudios publicados dicen que podrían incluso almacenar hasta el doble y, así, sumando más peso se conseguiría también más energía. Finalmente, una de las grandes ventajas sería la velocidad de carga, que podría ser hasta seis veces más veloz que las de ion de litio. Eso supondría que los tiempos de carga se reducirían a un tercio de los actuales.

EL CASO DE PORSCHE

Aunque las baterías en estado sólido podrían ser un gran avance en la automoción, sobre todo en los vehículos utilitarios, los deportivos tienen varios problemas para electrificarse. Porsche ha hecho varias pruebas a lo largo de los últimos meses pensando en el desarrollo de un Porsche 911 eléctrico. Sin embargo, unos test llevados a cabo con un Boxster no han terminado de cumplir las exigencias de los ingenieros de la firma de Stuttgart. 

Michael Steiner, responsable de investigación y desarrollo de Porsche, explicó en el Salón de Fráncfort que no estuvieron satisfechos con el comportamiento del vehículo por culpa de las dimensiones, la ubicación y el peso de las baterías de ion de litio. Dejó claro que el problema no era la velocidad ni la potencia, pues con esta propulsión se pueden conseguir cifras increíbles, el Tesla Model S con su batería P100D hace el 0 a 100 en 2,7 segundos, sino que eran las prestaciones en curvas, frenado y demás aspectos lo que no terminaba de convencerles.

"Los deportivos eléctricos funcionarán muy bien en aceleración pero el peso es una desventaja en términos de comportamiento. Cuándo se hará realidad depende de la evolución de la capacidad de las baterías y la densidad de las celdas. Creemos que tiene potencial una nueva tecnología que está en camino, aunque aún está en desarrollo", afirmó Steiner refiriéndose a las baterías de estado sólido.

En los próximos años, las baterías de estado sólido podrían ser la revolución que el sector del automóvil necesita para seguir avanzando hacia la electrificación total.