Bellingham, mejor que Zidane

El Real Madrid tiene nueva estrella de irrupción fulgurante. El comienzo de temporada (y de etapa blanca) de Jude Bellingham (20 años sólo) ha sido espectacular. Ante el Athletic, en San Mamés, el equipo de Ancelotti bailó al ritmo que proponía el inglés desde la punta del ‘diamante’ dibujado en la medular por el italiano precisamente para sacar el máximo rendimiento posible a su nueva perla.

Ante el Almería, y a falta de ‘9’ (el dorsal sigue vacante), Bellingham se ocupó de llenar ese espacio con un doblete precisamente con estilo de delantero centro. Aunque él porta el ‘5’. La elección de este número no es casual.

Sensación Bellingham

En el madridismo tiene reminiscencias de grandes líderes y en especial, de uno en concreto. En 2001 Zinedine Zidane firmó por los blancos y se hizo con este número, hasta entonces propiedad de Manolo Sanchís. La elección resultó llamativa, toda vez que en el fútbol tradicional éste es dorsal de centrales o, como mucho, de pivotes defensivos. Pero Zidane lo abrazó tras portar el ‘10’ de Francia y el ‘21’ en la Juventus hasta convertirlo en un número mágico para el madridismo.

Ahora, varios ‘5’ después, Bellingham se lo tomó prestado a Vallejo, ahora cedido en el Granada, para dibujar paralelismos con Zizou. En términos de impacto en su equipo resultan evidentes. Este ex del Borussia Dortmund (120 millones de euros por su fichaje) es una de las razones por las que el Real Madrid es favorito al título de Liga en los pronósticos de Betfair (cuota 1.63€ por euro apostado) y el tercero en Champions (cuota 9.5) sólo por detrás del Manchester City (cuota 3.1) y Bayern de Múnich (cuota 6.0).

Zidane contra Bellingham

En esta comparativa, en el inicio de curso, le sale más favorable al nuevo fichaje merengue. Porque Zidane tuvo comienzos complicados. Empezando porque una sanción en Europa le impidió debutar con los blancos en la fase de grupos de la Champions. No fue hasta la cuarta jornada de la quinta jornada de la primera fase de grupos (aquella temporada hubo dos fases de grupos) que no jugó con la elástica merengue en un torneo que queda para siempre en su retina. Su volea ante el Bayer Leverkusen le otorgó la Novena a los blancos.

Zidane se estrenó en competición oficial contra el Zaragoza en la Supercopa de España, cuando el torneo se jugaba en agosto y a doble partido. En ninguno de los dos partidos marcó. En Liga el estreno de Zidane también fue discreto. En la primera jornada los blancos cayeron ante el Valencia en Mestalla con el galo de titular (1-0). Después llegaron dos tropiezos más. En el Bernabéu ante el Málaga (1-1) y contra el Betis en Sevilla (3-1).

Una posición especial para Zizou

En todos estos encuentros Zidane fue titular en una posición anómala. Vicente del Bosque dibujó un 4-2-3-1 con el galo de media punta tirado a la izquierda. Durante el transcurso de los partidos, Zidane se iba al centro y le dejaba toda la banda a Roberto Carlos. La idea después se resolvió como eficaz, pero en los comienzos a Zidane le costó adaptarse. Tanto que incluso el Bernabéu le pitó. Y eso que ya en esa tercera jornada ante el Betis marcó su primer gol en competición.

Aquel tanto descorchó el frasco de las esencias. Zidane engarzó cuatro jornadas seguidas marcando ante el mismo Betis, Espanyol, Valladolid y Las Palmas en una racha que empezó a acallar críticas, ya definitivamente sepultadas cuando, desde la jornada 10, el Real Madrid se convirtió en una máquina de vencer. En las diez siguientes jornadas todo fueron victorias menos un empate contra el Mallorca y ya con Zidane elevado a las alturas del madridismo gracias a sus filigranas e influencia en el juego.

Una mágica noche de Reyes

No fue hasta un 5 de enero de 2002, noche de Reyes, que se revirtió el proceso. Ante el Deportivo de la Coruña (3-1), Zidane cuajó uno de sus mejores partidos de merengue, golazo incluido, para acallar las críticas del inicio y demostrar que era uno de los mejores jugadores de la historia del Real Madrid.

Ahora Bellingham, con una década menos que Zidane (el galo tenía 30 cuando llegó a Madrid) y un inicio más esperanzador, dibuja entre en el madridismo evocaciones de aquel estreno de Zizou, con detalles de alta categoría que hacen creer a los blancos que en el inglés puede haber hallado su nuevo galáctico. Un jugado que pueda marcar una época como lo hizo el otrora portador del ‘5’ en el Paseo de la Castellana.