El terrible crimen real que está detrás de la película 'La huérfana'

Nos situamos en un sótano húmedo y frío. Adentro de una jaula, había dos niños; estaban desnutridos, golpeados y quemados. En un rincón, apenas visible en la oscuridad, una niña, muy pequeña, lloraba de manera desconsolada.

Esta niña se identificó como Anika y dijo que, al igual que los dos pequeños, había sido víctima de los abusos y de la brutalidad de su madre y de su tía. Pero, lo cierto, es que todo era mentira, ya que formaba parte de un plan siniestro ideado por una psicópata. Su nombre real: Barbora Skrlová.

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El cine de terror nos ha dejado historias tan surrealistas que parece imposible que sean reales. Este es el caso de la película de horror psicológico 'La huérfana', la película de 2009 que se inspiró en la historia real de esta mujer, Barbora Skrlová.

Barbora sufre hipopituitarismo, una enfermedad que le permitía verse como una niña de 13 años a pesar de tener más de 30. Esta afección provoca que la glándula hipófisis no produzca las cantidades necesarias de hormonas para el crecimiento.

En la historia real de 'La huérfana' nos situamos en República Checa en 2007. Allí encontramos a dos hermanas: Klara y Katherina Mauerová. La primera de ellas tenía dos hijos, de 8 y 10 años, y se había separado de su marido por lo que se mudó a vivir con su hermana Katherina.

Las hermanas padecían esquizofrenia y en sus alucinaciones creían ser Juana de Arco y decían que tenían una misión divina por delante. No está claro cómo, pero Barbora terminó siendo adoptada por las hermanas, ya que vendió la historia de que era una triste huérfana y se mudó con ellas.

En los primeros años, todo era felicidad, fines de semana de campamento y una nueva vida que solo traía alegría. Pero Barbora no tardó en introducir a las hermanas en la secta a la que pertenecía, 'El Movimiento Grial'. Esta secta buscaba el conocimiento propio, del mundo y de Dios.

Dirigida por 'El Doctor' esta secta buscaba conservar la "energía pura" pidiendo que sus fieles hicieran extraños sacrificios y rituales de sexo incestuoso. Fascinadas, las hermanas seguían al pie de la letra sus órdenes. 

Pero la verdadera pesadilla llegó cuando Barbora comenzó a sentirse celosa de los hijos de Klara. Para ponerlos en contra de su madre y de su tía los acusaba de haber cometido travesuras que ella misma realizaba. De este modo, el enfado con los niños iba creciendo cada día al igual que los castigos que recibían.

"El Doctor” y la misma Barbora propusieron construir una jaula de hierro en el sótano para tenerlos alejados. Su madre y su tía lo aceptaron. Desnudos y prácticamente sin comer, los obligaban a dormir sobre sus excrementos, los quemaban con cigarrillos, los golpeaban, los obligaban a bañarse en agua helada y hasta cortaron trozos de su piel para comérsela.

Barbora, cruel y obsesionada con dañarlos y controlarlos, para ver su sufrimiento de manera permanente, instaló un sistema de cámaras en el sótano. Curiosamente, este sistema de cámaras fue la salvación de los niños.

Ya que el 10 de mayo de 2007, el destino quiso que una familia vecina comprara un sistema de vigilancia similar al que utilizaban con los niños, para controlar a su bebé recién nacido. Al usarlo, captaron la señal de la casa vecina y vieron, horrorizados, lo que estaba pasando en el sótano de la familia.

En el hospital, uno de los niños murió; el otro sobrevivió. Fue gracias a su testimonio que se conoció la verdad sobre Barbora. Pero ella ya había escapado de la República Checa. Con ayuda de algunos miembros de la secta logró huir a Noruega, donde engordó, se rapó y se hizo pasar por una adolescente de 14 años.

En esta nueva versión, Barbora fue Adam y también logró que una familia la adoptara. Pero la policía checa ya había emitido una orden de captura internacional. Su foto estaba por todos lados y rápidamente ella fue capturada en el norte de Noruega en enero de 2008. De regreso en su país, bajó del avión abrazando un oso de peluche.

El Tribunal Superior de Olomouc condenó a Klara a 12 años de prisión; a Katherina a 10. Como autora intelectual, Barbora Skrlova debía pasar cinco años tras las rejas. En 2011, apeló y salió en libertad. Desde ese momento, nadie sabe dónde está. O quién será.