El Barça gana con menos fútbol

El Barça lidera el campeonato de Liga con los mismos puntos, los mismos goles marcados y los mismos goles encajados que el Atlético de Madrid: 12-14-4. Incluso sus estadísticas generales son mejores que las del Villarreal (10 puntos, 10 goles a favor y 5 en contra) o las del Real Madrid (10-8-4) en el arranque de la Liga. ¿Dónde está el problema, entonces?

El equipo de Gerardo Martino ha tenido serios problemas para cerrar sus dos últimos compromisos, en Mestalla frente al Valencia (2-3) y en el Camp Nou contra el Sevilla (3-2). Y le ha sucedido pese a que ha mandado en el marcador.

'MATAR' LOS PARTIDOS

No ha sabido 'matar' los partidos y Víctor Valdés habló abiertamente de algunos de los desajustes, como el hecho de que en la recta final del Barça-Sevilla la defensa no cerrara correctamente los contrataques rivales. Víctor se lamentó de que los dos laterales se incorporararan y perdieran la posición cuando lo que interesaba era asegurar la ventaja en el marcador.

La realidad es que tras el 7-0 al Levante y el ajustado 0-1 al Málaga, han llegado otras dos victorias por la mínima y encajando muchos goles, cuatro. En Mestalla, el 'hat trick' de Messi en 41 minutos fue contestado con un 'doblete' de Postiga en dos (44' y 45') abocando al equipo a una trabajada segunda parte.

Y el pasado sábado, el Sevilla pasó del 2-0 al 2-2 amenzando el triunfo blaugrana hasta el tiempo de descuento cuando Alexis Sánchez obró el milagro.

DE HORIZONTAL A VERTICAL

Las sensaciones que transmite el equipo de Gerardo Martino es que, por ahora, tiene más problemas para juntar las líneas que en la época de Guardiola y Vilanova. Tampoco resulta extraño si se tiene en cuenta la incorporación de Neymar, futbolista profundo y que busca el espacio, al ataque del equipo. Y que Xavi e Iniesta están alternando su presencia y en algunas fases tienen menos protagonismo.

La conclusión es que en las tardes espesas del tándem Pep-Tito el fútbol del Barça se volvía muy horizontal; pero en estos primeros compases del Tata está siendo, por momentos, peligrosamente vertical.

Un repaso a las estadísticas de los Barça-Sevilla y Valencia-Barça de las últimas campañas confirma en números lo que transmiten las sensaciones del terreno de juego. El Barça sigue siendo dueño del balón, pero en menor medida; y no lo utiliza tanto como antes para descolocar al rival, sino que intenta llegar de forma más directa.

MENOS BALÓN, MENOS PASES

En el Barça-Sevilla de esta temporada (2-3), el Barça generó 118 jugadas de ataque, y 16 de ellas acabaron en remate. Tuvo un 63,11% de posesión de balón y sus jugadores intercambiaron 706 pases.

En el duelo de la campaña 2012-13 con Tito Vilanova (jornada 25, 2-1), los blaugrana crearon 123 jugadas de ataque y 15 acabaron en remate. Tuvo un 66,26% de posesión de balón y generó 816 pases.

¿Y un año antes, con Josep Guardiola (jornada 8ª, 0-0)? 126 jugadas de ataque con 21 remates. Un 76,25% de posesión y 830 pases. Messi falló un penalti en el descuento.

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Eso es lo que ha sucedido en el Camp Nou frente a un rival de entidad. Pero ¿y en los desplazamientos? También.

En el Valencia-Barça de la 3ª jornada (2-3), el Barça generó 136 jugadas de ataque, y 22 acabaron en remate. Tuvo un 61,60% de posesión de balón y generó 689 pases.

En el mismo partido de la campaña 2012-13 (jornada 22, 1-1), creó 134 jugadas de ataque y remató en 12 ocasiones. Logró una posesión del 65,23 % y llevó a cabo 761 pases.

Y en el ejercicio 2011-12, (jornada 4ª, 2-2), el Barça de Pep creó 117 jugadas de ataque y 9 remates en Mestalla, con un 62,17% de posesión y 643 pases.

EL BALANCE

Difícil valorar con tan pocos partidos el nuevo Barça de Martino. En dos partidos similares ha sumado más puntos que en el pasado ejercicio; ha marcado el doble de goles (6) pero también ha encajado el doble (4).

Los números se extreman todavía más si la comparación se lleva a cabo con la temporada 2011-12: 6 puntos a 2, solo 2 goles a favor, pero solo 2 goles en contra.

La conclusión es que el nuevo Barça tiene tantas ocasiones o más de gol que antes, y resulta más eficaz, pero mantiene la sensación de vulnerabilidad de los últimos tiempos de Pep y Tito. En definitiva, parece todavía en construccción, pero sigue ganando como siempre.