Inicio El Taller del Corredor ¿Cuál es el truco militar para dormir en dos minutos?

¿Cuál es el truco militar para dormir en dos minutos?

¿Alguna vez has tenido problemas para conciliar el sueño antes de la competición? Si es así, no estás solo. El insomnio es un trastorno del sueño muy común que conlleva la imposibilidad para conciliarlo, mantenerlo o conseguir una duración y calidad adecuada para restaurar la energía y el estado de vigilia normal.

Pero, ¿y si existiera una forma de conciliar el sueño en sólo dos minutos? Ahí es donde entra el truco del sueño militar diseñado por un entrenador de atletismo estadounidense, Lloyd Bud Winter, y ahora popularizado en redes sociales, al que se atribuye un 96% de efectividad después de seis semanas.

El método se describe en el libro  ‘Relax and Win: Championship Performance’, con tal de mejorar el rendimiento deportivo y reducir las lesiones aprendiendo a relajarse y liberar tensiones antes de la competición. Fue publicado por primera vez en 1981 y acogido por el ejército norteamericano para poder descansar en las situaciones más hostiles.

Dormido en 120 segundos: paso a paso

Este truco militar para dormir está respaldado por la ciencia. Los estudios han demostrado que una respiración lenta y profunda puede ayudar a relajar el sistema nervioso y favorecer el sueño. Así que si estás luchando contra el insomnio, prueba este truco para dormir. Puede que te ayude a conseguir por fin el descanso que necesitas.

Para hacerlo, basta con tratar de dejar la mente totalmente en blanco siguiendo esta secuencia:

  1. Relajar los músculos de tu cara, incluyendo la mandíbula, la lengua y los que están alrededor de los ojos.
  2. Deje caer los hombros al máximo y relajar ambos lados de la parte superior e inferior de los brazos.
  3. Exhalar manteniendo el pecho relajado.
  4. Relajar tanto la parte superior como la inferior de las piernas.

Una vez hecho esto durante un minuto y medio, la técnica militar debe proseguir con una visualización de 10 segundos. Una de las opciones es imaginarse tumbado en una canoa en un lago en calma con nada más que cielos azules rodeándote.  Otra opción es imaginarse acurrucado en una hamaca de terciopelo negro en una habitación oscura o bien repetirse a uno mismo “no pienses, no pienses, no pienses” una y otra vez durante diez segundos.

 


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