Imvestigación

Los guardias civiles que dieron una paliza a un joven y falsearon el atestado podrían evitar la cárcel

Arrinconaron a dos jóvenes en un lavadero de coches y le golpearon durante diez minutos

La Fiscalía pedía para ellos entre diez y cuatro años y medio de prisión

Un vehículo de la Guardia Civil.

Un vehículo de la Guardia Civil. / EP

Alberto Muñoz

En el suelo, boca abajo y engrilletado con las manos a la espalda, Pablo no pudo hacer nada para defenderse. Tampoco habría mejorado su situación: quienes le golpearon durante diez minutos fueron dos guardias civiles que le habían arrinconado a él en el lavadero de coches de una gasolinera. Los otros tres miembros de la Benemérita allí presentes no se unieron a la paliza, pero tampoco la evitaron. De hecho lo que sí hicieron, considera probado la justicia, es ayudar a los otros dos a falsear el atestado para que no se supiera lo ocurrido. Este lunes, la Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a los cinco a penas de entre un año y nueve meses y 3 años y nueve meses de prisión, pero ninguno de ellos entrará en la cárcel.

A la vista, los dos responsables de la agresión, que son, además, hermanos, llegaron con gesto serio y sin acercarse a los otros tres acusados. Ninguno de los cinco entrará en prisión, según sostienen las defensas, pero los dos hermanos serán expulsados de la Guardia Civil y los otros serán inhabilitados durante un año por cada uno de los delitos reconocidos e imputados, es decir, dos. Como atenuante, el hecho de que pagaron por adelantado la indemnización de 6.000 euros que debían pagar entre todos.

Los dos hermanos han aceptado tres años y nueve meses de prisión por detención ilegal, delitos contra la integridad moral y falsedad en documento oficial. Por su parte, los tres que ayudaron a falsear lo sucedido en el atestado han aceptado un año y nueve meses de prisión solo por los dos últimos.

La Fiscalía Provincial de Madrid, sin embargo, pedía para ellos entre cuatro años y medio y diez años de prisión. Todo, según explica el relato que lleva a cabo el Fiscal, después de que ese 1 de diciembre de 2019 dos jóvenes en estado de embriaguez fueran denunciados por dos miembros de la Policía Local de Majadahonda por disturbios en la vía pública. “En concreto [estaban molestando] a los vehículos que se encontraban circulando, deteniéndolos y golpeándolos con una botella de cristal, increpando e insultando a los conductores así como al resto de viandantes”.

Al lugar de los hechos llegaron los guardias civiles ahora condenados, pero los agentes locales les advirtieron de que las personas identificadas estaban “alteradas” y que habían abandonado el lugar de los hechos después de haber sido multados. Sin embargo, “ignorándose exactamente las razones”, los guardias civiles decidieron acudir a una gasolinera situada en las inmediaciones, donde se encontraba la víctima, quien fue conducido a la zona exterior del lavadero de la gasolinera.

Pese a que estaba arrinconada en una pared hablando con los agentes de la Guardia Civil, “de repente, sorpresiva y arbitrariamente, sin mediar previamente ninguna clase de comportamiento agresivo por parte de P. J.M. L.”, este último comenzó a ser golpeado, con los puños cerrados, “reiterada e innecesariamente”, por los guardias civiles acusados, los hermanos M. A. S. E. y L. M. S. E. quienes le derribaron. Tras caer el suelo continuaron con los golpes incluso cuando ya estaba inmovilizado.

"No se movía. No paraban de darle patadas y estaba cubierto de sangre. Cuando cogí el teléfono para intentar llamar a mi hija y contarle lo que estaba sucediendo, uno de ellos se acercó a mí para intentar requisármelo por si acaso estaba grabando", explicó una testiga a la salida de la Audiencia Provincial. "Nadie hizo nada por ayudarle, pero todo quedó grabado en las cámaras de la gasolinera".

Una versión que confirmó la Fiscalía en su relato de los hechos: “Durante el trance de la agresión, no se reveló en ningún momento contra los agentes, asumiendo el padecimiento físico al que estaba siendo sometido sin ejercer defensa alguna”, sostiene el relato de la Fiscalía, que apunta que el joven no respondió a la agresión “ni antes ni durante ni después de estar siendo golpeado por estos últimos, quedando reducido y engrilletado infundadamente con las manos a la espalda y con todo el cuerpo boca abajo durante aproximadamente diez minutos con el frío y el suelo mojado por la lluvia”. Por su parte, el amigo de Pablo fue denunciado administrativamente por desobediencia a los agentes de la autoridad.

Pasividad y falseo del atestado

Los otros tres acusados presentes en el lugar de los hechos, D. M. J., A. S. C. y F. J. N. B., incumplieron, según la Fiscalía, los deberes “inherentes” a su condición de agentes de la Guardia Civil porque pese a observar la conducta violenta de sus otros compañeros, “y teniendo todos ellos la posibilidad de intervenir”, no mostraron descuerdo alguno. Ni siquiera se interpusieron a fin de evitar que P. J. M. L. pudieran seguir recibiendo golpes incluso cuando se encontraba “innecesariamente” engrilletado “con las manos a la espalda, boca abajo, con el frio y el suelo mojado por la lluvia”.

La víctima de la paliza fue introducida a continuación en el vehículo de los agentes y conducido a dependencias policiales donde, según consta en la diligencia de detención e información, los hermanos M. A. S. E. y L. M. S. E. procedieron a dicha detención “con conocimiento de que no existía causa legal para ello”. P. J. M. L. , tras un primer reconocimiento médico subsiguiente a la detención, y una vez en dependencias policiales, fue trasladado por segunda vez al médico a causa de una herida en el interior de la boca, regresando a las dependencias policiales y permaneciendo en calabazos durante toda la noche del día 1 de diciembre de 2019.

Los cinco acusados, “con el fin de justificarse y de eximirse cada uno de ellos de las respectivas responsabilidades por su actuación precedente”, confeccionaron un atestado firmado por ellos mismos como fuerza actuante donde narraban “unos hechos al margen de la realidad”. Dicho atestado se presentó ante el Juzgado de Instrucción Nº 3 de Majadahonda, que incoó en fecha 2 de diciembre de 2019 las Diligencias Previas Nº 720/2019 contra P. J. M. L. por delito de atentado, acordándose por Auto de fecha 2 de diciembre de 2019 su libertad provisional.