Jéssica Vall: “Ahora busco sentirme feliz”

La nadadora, que disputó sus segundos JJOO en Tokio, quiere seguir compitiendo sin presión y disfrutando del camino

13 MAY 2022 6:30

“Lo de ‘reina de la braza’ es como muy grande, ¿no crees?”. Jéssica Vall ríe cuando le digo cuál va a ser el título de portada. Para muchos lo es. Y con esos treinta y tres años desde los que contempla las experiencias vividas, lo mucho disfrutado y también sufrido, puede llevar el cetro a la perfección.

La edad es un dato frío que, en su caso, se aleja de su realidad física y mental. Pero reconoce que “existen más prejuicios en el caso de la mujer que del hombre. Tú vas compitiendo, rindiendo, pero cuando no lo haces como se espera te dicen enseguida que mejor que te retires, que ya se te ha pasado el arroz de la natación. Me ha venido muy bien trabajar con Eva, mi psicóloga. En una carrera deportiva hay momentos en los que estás bien y otros no, ya sea a los veinte o a mis treinta y tres. Mira, lo que busco es sentirme feliz. La gente hablará siempre, qué más da. Intento transmitir constancia, sacrificio y que la natación puede ser una vía de escape para mucha gente y una ventana o una puerta para compatibilizar con los estudios. No es discriminatorio porque niños y niñas entrenan juntos y es un buen estilo de vida”.

ADRENALINA Y PASIÓN

Ama la braza porque “me produce sensaciones que me encantan. Es con la que estás más tiempo debajo del agua y tengo interiorizado el sonido que hacen mis brazos. Fluyo. Me deslizo. Es maravilloso”. Pura pasión, Jess explica que “no hay nada igual a esa adrenalina que te provoca saber que eres capaz de darlo todo. Hay días contados en los que me he sentido imparable y es tan increíble que por eso engancha tanto. Es tu escenario, es tu momento y solo depender de ti es chulísimo e inigualable”.

Jéssica quiere seguir compitiendo pero sabe que “estoy en la parte final. Quiero hacerlo sin presión, sin mochila… Eso ya lo he pasado. He hecho todo lo que debía. Quedan sueños por conseguir y por eso sigo aquí pero lo que me viene es un regalo”. Los JJ.OO de Tokio fueron “extremadamente duros. Pandemia, volver a clasificarnos, llegar y dar un falso positivo… Los disfruté muchísimo porque decidí vivirlos al segundo. Cuando terminé decidí que ya había sacrificado mucho a nivel personal y que quería estar más con los míos. Es lo que necesitaba mi mente y cuerpo. También empecé a trabajar y no es fácil compaginarlo todo. ¿París? Sólo puedo decirte que ahora no puedo poner todo el foco en eso”.