Carolina Marín: "No soy un robot"

Referente del deporte femenino y una de las mejores jugadoras de bádminton de la historia, afronta una etapa difícil que sabe que va a superar

La esperan los Juegos Olímpicos de París pero, sobre todo, se espera a sí misma. Realista, sabe de la fuerza y la juventud de sus rivales

Carolina Marín posando para SPORT

Carolina Marín posando para SPORT / SPORT

Carme Barceló

Carme Barceló

“Estoy ahí, en un hilo muy fino porque me cuesta mucho confiar en mí. No es mi mejor momento, ni física ni mentalmente. Pero soy tan competitiva y me exijo tanto que sé que volveré. Me aprieto yo y eso debo gestionarlo. Solo es cuestión de trabajarlo y de trabajarme”. Te exiges mucho, Carolina. Tanto que, a veces, parece que puedas con todo pero, como tú misma dices, “no soy un robot. Soy una persona que sufre el dolor anímico, las lesiones en mis rodillas y lo que supone no disfrutar de lo que es tu vida”.

Trabaja en ello casi a diario con su psicóloga y sabe que “en poco tiempo recuperaré esas sensaciones. Porque me conozco, porque sé perfectamente lo que es el deporte de élite, lo que te da, lo que te quita, lo que espera de ti y cuando llega el final”.

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Los últimos resultados de una de las mejores jugadoras de la historia del bádminton y referente del deporte femenino estatal no son los mejores. Marín es consciente del momento que vive y lo asume. Aún sabiendo que en el horizonte está París es realista y conoce bien a la competencia. “Mis rivales tienen diez años menos que yo -explica- y eso hay que tenerlo en cuenta. En ambición y competitividad pocas me ganan pero debo ser realista y trabajar en ello”. La segunda lesión le costó un doble esfuerzo emocional. Fue duro. Durísimo. Le insisto en su fortaleza, esa que ha demostrado siempre dentro y fuera de la pista. Carolina asiente. Pero reflexiona sobre “ese poder que parece que tenemos los deportistas de superarlo todo. Somos seres humanos, con nuestras alegrías y nuestras miserias. Ahora estoy hablando mucho con mi psicóloga y tenemos claro que necesito más tiempo para mí. Eso me ayudará a volver a disfrutar al cien por cien”. Su referente es Rafa Nadal y hoy, con el retorno del tenista y sus reflexiones, lo es más que nunca.

Este tute”, como lo describe ella. Este calendario frenético. Este dolor. A ello es a lo que se enfrenta Carolina Marín hoy, mañana y pasado. Con sus lesiones a cuestas. Con sus dolores emocionales. Pero tiene el pellejo duro y se conoce como pocos a sí misma. Le da mucha fuerza “esa gente que me para por la calle y no me pregunta: ‘¿Cómo estás?’. ¡Qué va! Me da las gracias. No me cuestiona. Todo lo contrario. Fui al supermercado a comprar el otro día y se me acercó una persona para decirme que agradecía los valores que transmitía. Eso vale oro”. 

Le pregunto por París aún sabiendo lo que le queda hasta llegar a la villa olímpica. “Sé que estaré bien. Todo pasa y me conozco. Pero no pierdo el hilo de la realidad”. El hilo. Hoy fino. Mañana doble. Puedes porque hoy piensas que puedes, Carolina. Y podrás.