El primer derbi de un tal Gamper

Hans Gamper fue, además de cofundador, primer capitán del FC Zúrich

Zurich alberga uno de los derbis más calientes de Europa

Hans Gamper, fundador y presidente del FC Barcelona

Hans Gamper, fundador y presidente del FC Barcelona / FC Barcelona

Aitor Lagunas

Aitor Lagunas

Una de las cualidades más extraordinarias del fútbol pasa por su universalidad. Se trata de un deporte capaz de electrizar por igual en favelas y en palacetes; de paralizar a poblados sin Internet y a urbanizaciones con piscina; de movilizar a países tropicales o a ejemplares repúblicas alpinas en las que nunca pasa nada. Es el caso de Suiza. “En Italia, en 30 años de dominación de los Borgia no hubo más que terror, guerras y matanzas, pero surgieron Miguel Ángel, Leonardo da Vinci y el Renacimiento. En Suiza, por el contrario, tuvieron 500 años de amor, democracia y paz. ¿Y cuál fue el resultado? El reloj de cuco”. La frase, probablemente más ingeniosa que rigurosa, la popularizó Orson Welles en la película El tercer hombre. Y no, no aplica al fútbol. Porque los helvéticos vibran con este deporte. Para comprobarlo no hará falta más que viajar a Zúrich, su ciudad más poblada, el sábado que viene.

Quienes lo hagan en avión sobrevolarán una urbe moderna levantada en un recodo de los Alpes. Aunque a primera vista no parezca especialmente grande, su área metropolitana suma 1.800.000 habitantes. Y de ellos muchos no tienen problemas para llegar a final de mes: según la revista Forbes –siempre atenta a este tipo de rankings–, supone la tercera ciudad del mundo con mayor densidad de millonarios por kilómetro cuadrado, solo por detrás de Ginebra y Mónaco. Aproximadamente un 5% de su población cuenta con un patrimonio superior al millón de dólares, y eso sin contar con el valor de su primera vivienda. ¿Verdad que no parece el tipo de ciudad que pueda albergar uno de los derbis más calientes de Europa, y el único de su país?

Problemas mundanos

Como todas las ciudades, Zúrich tiene varias caras. Una es la del lujo, las embajadas y los expats, directivos de multinacionales que encuentran en ella el abrigo de una fiscalidad amable. Pero hay un Zúrich más rebelde, de bares escondidos en fábricas y bloques poblados por emigrantes. Algo de esa dualidad sobrevuela el Zürcher Derby, protagonizado por el Grasshopper y el FC Zúrich. Al primero lo fundaron en 1886 las elites de la ciudad, inspiradas por Tom Griffith, un estudiante inglés (135 años después sigue sin haber una teoría clara sobre por qué le puso ese nombre: ‘saltamontes’, en castellano). En 1896 llegaría el turno del más modesto FC Zúrich, alumbrado por jóvenes suizos. Uno de ellos aún no había descubierto el Mediterráneo. Se llamaba Hans Gamper y, además de cofundador, fue su primer capitán. Solo dos años después se mudaría a Barcelona con un balón en la maleta.

El FCZ pagó la novatada el 28 de noviembre de 1897 al salir goleado 7-2 del primer derbi. Sin embargo, la rivalidad solo comenzó a escalar cuando en 1909 la directiva del Zúrich optó por cambiar los colores de su camiseta, del rojiblanco al blanquiazul. Eran los tonos de la bandera de la ciudad, de acuerdo, pero también los del Grasshopper, cuya directiva se sintió atacada. Desde entonces el de Zúrich es uno de los pocos derbis europeos disputado por dos clubes con los mismos colores.

Con los años, el Grasshopper se convertiría en el club más laureado del balompié helvético: acumula 27 ligas, aunque no gane ninguna desde 2003. Cuatro años más tarde los ‘saltamontes’ tuvieron que mudarse de su histórico estadio, el Hardturm, y a la espera de un nuevo emplazamiento cohabitan con su rival en el Letzigrund, de propiedad municipal. Para redondear las dificultades, en 2019 el Grasshopper descendió por primera vez en siete décadas. Tras dos años en el infierno, esta temporada vuelven a disputar la Super League suiza. Por su parte, el Zúrich, que pasó por segunda algo antes (de 2016 a 2018), parece haberse adaptado mejor al siglo XXI. A las órdenes del germano André Breitenreiter llegará líder al derbi. Contradiciendo la tendencia histórica –121 derrotas por 90 victorias–, el FCZ no cae ante su vecino desde febrero de 2018. El último precedente, en octubre, acabó en un vistoso 3-3.

El del próximo sábado supondrá el enfrentamiento número 252 de una ciudad que vive el fútbol con pasión. A veces, demasiada. En 2011 unos hinchas del Grasshopper robaron una pancarta del FCZ, a lo que aficionados de este respondieron lanzando bengalas a sus rivales. El partido se suspendió, y los medios hablaron de “la vergüenza de Zúrich”. Problemas mundanos con los que el fútbol, en su universalidad, altera la plácida rutina de una de las ciudades más acomodadas del planeta.  

GRASSHOPPER-FC ZÚRICH

ZÚRICH

47°22’N 08°32’E

Población

425.000 habitantes

País

Suiza

Distancia entre estadios

0 km (ambos equipos comparten el estadio Letzigrund)

Hat-trick de consejos

CÓMO LLEGAR 

Air Europa, Iberia y Vueling conectan Madrid con Zúrich. Las dos últimas también operan la ruta desde Barcelona, desde la que además se suma Swiss. Para los amantes del tren, el viaje desde la capital catalana requiere once horas y unos 250 euros.

QUÉ VISITAR

En un país cuatrilingüe Zúrich se ubica en la zona de habla alemana. Por eso su casco histórico es conocido como Altstadt, su ayuntamiento como Rathaus, y su vistosa torre medieval como Grimmenturm. Si unes estos lugares te sale un bonito paseo. 

DÓNDE SALIR

En el Cabaret Voltaire arrancó hace un siglo el dadaísmo (probablemente entre chupitos de absenta). Para quienes busquen algo menos poético, en el Zeughauskeller preparan unas sabrosas salchichas con rösti. Y en el Swiss Chuchi la reina es la fondue.

PRÓXIMO PARTIDO

Sábado, 05.02.2022 (20:30 h)