Nunca es tarde para un nuevo derbi

La capital bávara posee el derbi más repetido del fútbol germano -204 duelos entre Bayern y 1860 Múnich

En 1963 el fútbol alemán por fin entendió que debía homologarse con el resto de su entorno.

TÜRKGÜCÜ-1860

TÜRKGÜCÜ-1860 / TSV 1860 München

Aitor Lagunas

Aitor Lagunas

¿Cuántos enfrentamientos hacen falta para convertir un simple duelo vecinal en un derbi? Esta duda existencial podría tener respuesta esta misma tarde, cuando concluya en Múnich un partido de tercera división al que todavía no se le puede estampar el sello de la rivalidad. La capital bávara posee el derbi más repetido del fútbol germano -204 duelos entre Bayern y 1860 Múnich- pero hoy apenas vivirá el cuarto partido de la historia entre un club muy venido a menos (el propio 1860) y otro, más reciente, reflejo de la principal ola migratoria de Alemania. El nombre de este último equipo, Türkgücü, se entiende mejor traducido: ‘fuerza turca’.

Cuando en 1963 echó a andar la Bundesliga trabajaban en la República Federal Alemana unos 6.000 turcos. Eran los primeros gastarbeiter o trabajadores invitados, un eufemismo incierto -no puede decirse que llegasen precisamente pisando una alfombra roja- y con cierto tufo a rechazo. La idea era que esos emigrantes -polacos, yugoslavos, españoles o turcos- regresasen a sus países después de unos años echándole una mano de obra barata al milagro económico alemán. Como veremos, ese retorno masivo no pasó.

Decíamos que en 1963 el fútbol alemán por fin entendió que debía homologarse con el resto de su entorno. Hasta ese año pervivió el viejo sistema de torneos regionales, cuyos campeones se enfrentaban después en eliminatorias. Era un sistema desfasado del que no siempre salía victorioso el mejor equipo del país. La sensación era que el fútbol teutón estaba lejos de ser competitivo en el mundo. El verano anterior la selección alemana había caído en cuartos de final del Mundial de Chile frente a Yugoslavia. Y tres años antes, en 1960, el Eintracht de Fráncfort había sido atropellado por el Real Madrid (7-3) en la final de la Copa de Europa.

Así que en 1963 echó a andar la Bundesliga como campeonato liguero unificado. La federación estableció unos baremos para elegir a los 16 participantes. Con dos condicionantes políticos: que hubiera un club berlinés -dos años antes se había levantado el Muro y había que llevar el fútbol a Berlín Occidental-, y que no coincidieran dos equipos de una misma ciudad. En el caso de Múnich la federación optó por el 1860, a pesar de su peor coeficiente, y dejó al Bayern en la segunda categoría. Precisamente eso fue lo que acabó de decidir a un joven goleador, Gerd Müller, para fichar por el Bayern y no por el 1860: en el equipo de segunda tendría más minutos de juego. Allí coincidiría con otro joven, Franz Beckenbauer, que había crecido como hincha del 1860 pero que tras un desencuentro -una bofetada en un partido de juveniles- había firmado por el Bayern.

EL DERBI DE LA HISTORIA

A corto plazo, el 1860 salió beneficiado por la federación -como ya le había pasado en los años 30, entonces debido a sus vínculos con el nazismo- pero a largo plazo perdió el derbi de la historia. No importó que cuando el Bayern logró ascender, en el curso 65-66, su rival se proclamase campeón de la Bundesliga. No importó porque aquel Bayern tenía el fútbol y tenía el hambre. Lo que vino después es conocido: ascenso meteórico hasta la absoluta hegemonía actual. Por el camino, el 1860 se ha visto abocado varias veces a la insolvencia. Así, el derbi más repetido del fútbol germano no se juega desde 2008 porque uno de los dos equipos está en tercera. La última vez que el 1860 le ganó un duelo oficial al Bayern las entradas aún se pagaban en marcos: fue en abril de 2000.

Mientras tanto, aquellos 6.000 ‘trabajadores invitados’ de 1963 se han transformado en unos tres millones de personas, muchas ya nacidas en Alemania con raíces turcas. Algunas han destacado en el fútbol: Özil, los Altintop, Sahin, Gündogan... El nombre de Hasan Kivran, en cambio, no es tan conocido. Este vendedor de coches usados, con el olfato bien engrasado para los negocios, se hizo con un pequeño club amateur en 2015: el club de los turcos de Múnich. Nada más llegar aireó en la prensa su deseo de transformarlo en el tercer equipo de la capital bávara. Parecía una boutade. Pero gracias a sus contactos logró patrocinios; con los patrocinios, jugadores; y con los jugadores, ascensos. En tres años subió tres categorías, hasta plantarse en la 3. Liga.

Y allí se medirá hoy al viejo 1860, un león de otros tiempos. No habrá público por culpa del COVID, pero el partido se jugará en el mítico Olympiastadion y se emitirá en abierto por la televisión bávara. No es un derbi, aún, pero empieza a reunir muchos de sus ingredientes.  

Hat-trick de consejos

CÓMO LLEGAR 

Por menos de 100 euros, y en menos de dos horas, Vueling te recoge en Barcelona y te deja en Múnich.

La aerolínea también conecta la capital bávara con Alicante, Málaga, Palma y Madrid. Esta última cuenta además con vuelos de Iberia y Lufthansa.

QUÉ VISITAR

Como la Marienplatz aparece mejor descrita en otras guías, aquí nos centramos en el Olympiastadion. Construido para albergar los Juegos de 1972, su cubierta de plástico imitando el perfil de los Alpes constituye una obra de vanguardia.

DÓNDE SALIR

En la ciudad hay unas 19 fábricas de cerveza, entre las que se cuentan las más históricas, como Augustiner o Paulaner. Ya veis que para beber buena birra en Múnich no hace falta ir al Oktoberfest... que, por cierto,

es en septiembre.

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Hoy, 22.01.2022 (14:00 h)