De normas y trampas

Las pausas de hidratación y el tiempo efectivo de juego ganan peso en un debate en el que los altos estamentos del fútbol deberán decidir

Los cinco cambios puestos en marcha tras la pandemia por Covid-19 siguen a la orden del día

El Barça, durante una pausa de hidratación

El Barça, durante una pausa de hidratación / Dossier Panenka

Adrià Soldevila

Adrià Soldevila

La federación de fútbol más antigua del mundo se resistió durante una temporada a aplicar una normativa asumida desde el primer momento y sin oposición por las homólogas de su alrededor. La Football Association (FA), la federación inglesa, autorizó la vuelta a los cinco cambios por partido tras un curso en el que solamente la Premier League volvió a la norma clásica de las tres sustituciones.

La pandemia de la Covid-19 obligó a los organismos deportivos a reformular varias reglas relacionadas con la salud, algunas de ellas importantes para los entrenadores, como es el caso de los cinco cambios. En la temporada 2020-21 -la que se partió por la pandemia-, la modificación se aplicó por necesidad, pero las federaciones decidieron que las cinco sustituciones habían llegado para quedarse.

Menos la FA, que en la 2021-22 dio marcha atrás y volvió a los tres cambios. Tras una campaña con la norma anterior, la Premier League asumió que estaba nadando a contracorriente y adoptó a la nueva normativa.

“Los cinco cambios benefician al ritmo del juego, aunque pueda parecer lo contrario por el volumen. Los que entran lo hacen con más ímpetu y energía, mientras que los que salen están más cansados”, comenta para Sport Dossier el ex árbitro internacional Eduardo Iturralde González, que atribuye este cambio de idea a una decisión estrictamente médica: “A los árbitros nos viene sobrevenido. Para cambiar una regla hay un montón de paneles y, concretamente en esta de las sustituciones, el que más insistió fue el panel médico, que está cogiendo mucha fuerza en la UEFA, la FIFA y la International Board”. La Premier League tuvo que adaptarse precisamente para mejorar la calidad de vida de sus deportistas. “Lo han hecho porque en los últimos años los equipos ingleses llegan a las finales europeas y, además, tienen una competición más que el resto. Para algunos equipos son 60 partidos por temporada, es una barbaridad”, subraya Iturralde. El Liverpool disputó todos los encuentros posibles de la temporada 2021-22.

Los de Jürgen Klopp llegaron a las dos finales nacionales -FA Cup y League Cup-, y las ganaron ambas en la tanda de penaltis, mientras que perdieron la final de la Champions League ante el Real Madrid en Estambul, con lo que sumaron un total de 63 partidos oficiales. A esta temporada, además, se le añade el Mundial de Catar.

“A nivel de juego, lo haces más atractivo y bonito, porque entran cinco jugadores frescos para cada equipo y el ritmo puede ser más alto hasta el final. No baja tanto como antes”, argumenta a Sport Dossier el seleccionador ucraniano Lluís Cortès. El extécnico del Barça, ganador del triplete femenino en la temporada 2020-21, reconoce además que la normativa facilita la vida a los entrenadores.

“Tienes más recursos para cambiar cosas durante el partido y ayuda en la gestión del vestuario. Antes tenías a ocho jugadores sin participar, ahora la cifra se rebaja a seis”, comenta. Una opinión que también comparte el exárbitro vasco: “Para la gestión de los egos es sensacional. Ahora tienes a 16 jugadores contentos”.

¿Hidratación o charla técnica?

En los primeros partidos de la temporada, con el calor acechando, los entrenadores pueden acordar con el árbitro una breve pausa en cada parte del encuentro para que los jugadores se refresquen. Otra medida médica para evitar sustos con las altas temperaturas. En otoño, invierno y durante las primeras semanas de primavera, esa opción no se mantiene, pero mientras el termómetro marque una cifra agobiante los árbitros están obligados a parar el partido.

“No se pueden jugar 45 minutos a ese ritmo y con un calor asfixiante, no es sano”, dice Iturralde González, que se muestra muy crítico con la aplicación de la norma en las últimas temporadas. “Se ha prostituido el fin de la regla, porque estamos viendo que se guardan pausas de hidratación con 22 grados. Lo podríamos llamar tiempo muerto, es un tiempo técnico”, comenta el excolegiado. En las pausas para hidratación, los entrenadores aprovechan para hablar con sus futbolistas. Se corrigen posiciones y se modifican ciertos comportamientos sobre el césped, algo que no sucedía antes de reglamentar ya célebre cooling break. “Los entrenadores lo utilizamos para dar instrucciones, es verdad”, reconoce Cortès.

El refresco es positivo en épocas de altas temperaturas, aunque el técnico balagariense admite que impacta de una manera concreta en los equipos. Para uno es bueno, para el otro no tanto: “Si eres un conjunto al que le gusta llevar la batuta del juego y dominar, te perjudica más que te ayuda, pero si vas detrás del balón y persigues sombras tienes dos minutos para descansar, tomar aire y corregir cosas”.

La pausa de hidratación empieza a parecerse a un tiempo muerto, como los que se ven en el baloncesto. Un minuto, charla técnica, correcciones, un poco de agua y a seguir jugando. “No estoy de acuerdo en que hagas un protocolo para proteger la integridad física de los futbolistas y se aproveche de esta manera. La pausa tendría que hacerse sin entrenadores”, insiste Iturralde, en un debate al que se suma Lluís Cortès, eso sí, desde el punto de vista contrario: “Puede que también tengamos que valorar el concepto de tiempo muerto en el fútbol. El juego tiene que ir evolucionando. No digo que haya tantos como en el baloncesto, pero estaría bien abrir un debate sobre si podría ser positivo tener un tiempo muerto por equipo”.

La discusión del reloj

Ya abrió el melón Xavi Hernández a finales del pasado curso y volvió a poner sobre la mesa el problema después del primer partido de Liga“¿A qué esperamos a jugar con tiempo efectivo? Estamos haciendo el ridículo”

La Liga española es, de las cinco grandes de Europa, la que menos fútbol disputa. La media se sitúa en unos 52 minutos y medio por partido, aunque el resto no está tan lejos: la Bundesliga registra una media de 53 minutos y medio, mientras que la Serie A, la Premier League y la Ligue 1 se mueven entorno a los 54 minutos. No se llega, en ninguno de los casos, a la hora completa de juego.

Algunos entrenadores, como Xavi, piden la aplicación del reloj parado. Como en el baloncesto o el fútbol sala. Mientras el esférico no está en juego, el tiempo no corre. “Es un debate complicado que existe desde hace 20 o 25 años. No es de fácil solución”, comenta Iturralde, que propone una primera solución: “Dándole mil vueltas, la única idea que vería no sería jugar 45 minutos con tiempo parado, sino un período concreto del partido. Por norma, se pierde más tiempo en los últimos 15-20 minutos. Pues como estudio, podríamos probar de poner tiempo parado en esos minutos”.

El ex árbitro ve inviable que los jugadores puedan disputar 90 minutos efectivos a un alto ritmo de juego, con lo cual un partido a tiempo parado debería durar mucho menos. “¿De qué hablaríamos, de 30 minutos por parte? Estaríamos más o menos como ahora, con cinco minutos más”, expone Itu. “Hay que buscar soluciones objetivas”, pide Lluís Cortès. “¿Cómo medimos una pérdida de tiempo? Es interpretativo, deberíamos tener una norma cuantificable”, insiste. En este sentido, Cortès coincide con Xavi: “Jugar con reloj parado sería una medida justa, aunque nos alejaríamos de los 90 minutos de toda la vida. A mí sí me gustaría”.

Mientras no exista ninguna norma sobre el tiempo, la clave seguirá estando en la permisividad de los colegiados con los equipos que ganan segundos sin poner el balón en juego. Y esto ya depende, en el caso de la Liga española, del Comité Técnico de Árbitros (CTA), al que Iturralde pide vía libre: “Si tu expulsas a cuatro jugadores por perder tiempo ya no expulsarás a un quinto porque los jugadores verán que te lo tomas en serio. Ahí el CTA debe hacerse fuerte”

TIEMPO DE JUEGO EN EL TOP-5

Premier League

98:51 (total) - 54:39 (efectivo)

Ligue 1

96:17 – 54:19

Serie A

98:40 – 54:18

Bundesliga

96:59 – 53:19

La Liga

99:22 – 52:31

Datos Opta