Maldito diario: Madrid, 20 de junio de 2023

Gavi, en la celebración de la Nations League

Gavi, en la celebración de la Nations League / EFE

DOSSIER By PANENKA

Querido diario, han sido semanas muy complicadas. No es fácil descender en un club en el que te han dado todo su cariño... Otra vez. Pero, bueno, sería bastante peor si yo me fuera también al pozo, y eso me lo vuelvo a ahorrar. No todos tenemos el compromiso de Darder con el Espanyol. Los periquitos han sido comprensivos. Este año han comprobado que la segunda no es para mí.

Me refiero a la segunda vuelta que me marqué. Pero ya está. Se acabó llorar. ¡Hala Madrid! Soy tan feliz... La presentación de hoy, con la camiseta, el presi, los trofeos, la familia, la emoción, me ha parecido bastante más normal que la de ayer, con mis compañeros de la selección. ¿Cómo? ¿Que era la celebración de la Liga de las Naciones? Pues en el Wizink Center se respiraba el madridismo de las grandes ocasiones. Vamos, que sólo faltaba Yabusele a lo Bud Spencer, porque a Gavi le hicieron sentir como si fuera el mismísimo Mirotic.

En resumen, que ni el uno ni el otro acabábamos de comprender lo que pasaba, pero ya se sabe que los culés y los madridistas nos perdemos un poco cuando vamos a una pista de basket. Normal que me asustara cuando supe que me iban a presentar en el pabellón de baloncesto de Valdebebas. Pero me trataron como en casa. Este club es una familia. Literalmente. ¡Si Carvajal es mi cuñado! Sí, el defensa favorito del cuñado medio es mi cuñado.

¿Cómo te quedas? Qué afortunado soy. Sólo por eso ya queda claro que mi historia no es como las demás. Lo normal hubiera sido empezar ilusionando en el Madrid con un dorsal de suplente, debutar con la selección, fichar por el Espanyol después de algunas temporadas, ser un referente en un Alavés de Primera, buscarme la vida en la Premier League, que me perdieran la pista en la Bundesliga, antes de colgar las botas en Vigo, que la tierra tira.

Pero no, yo lo he tenido que hacer todo al revés. Soy el Benjamin Button del fútbol. El Brad Pitt del gol. Concretamente del gol que le metí a Italia y que ha sido suficiente para que todo el país me considere un ídolo. 

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