El motivo por el que el Marcelino rechazó al Sevilla

El técnico está a la espera de ofertas tras su salida del Olympique de Marsella

"Si sale un proyecto solvente y atractivo, lo afrontaremos", dice el asturiano

Marcelino García Toral

Marcelino García Toral

SPORT.es

SPORT.es

Marcelino García Toral está sin equipo después de que dejara de ser entrenador del Olympique de Marsella tras solo siete partidos. El asturiano está a la espera de encontrar un nuevo proyecto. El técnico de 58 años estuvo en el programa 'El Partidazo de COPE' dando detalles de su salida del equipo francés y de las ofertas que recibió desde su salida.

El asturiano reconoció haber recibido una propuesta del Sevilla: "Hubo una conversación con el Sevilla, que es un gran club, pero no se dieron las condiciones necesarias para ese nuevo proyecto. Era para una temporada y la otra vez, cuando estuve allí, vi que los proyectos duraderos son los que tienen una realidad".

Marcelino, por otra parte, desmintió haber recibido oferta para dirigir a la selección española: "Luis Rubiales no me ofreció nunca la selección española. Mi agente tuvo conversaciones, pero fue antes del Mundial. Pero yo nunca hablé con Rubiales ni con nadie de la Federación".

Pero Marcelino sigue queriendo entrenar: "Me apetece entrenar fuera porque van pasando los años; tenía un proyecto serio , pero desconocía las circunstancias del Olympique de Marsella. Si sale un proyecto solvente y atractivo, lo afrontaremos".

También desveló el asturiano haber recibido propuestas de Arabia: "La semana pasada tuve una oferta de Arabia, pero no entra dentro de nuestra perspectiva. La oferta era un poquito... Un representante te propone la oferta, pero no la contemplamos aunque nunca puedes decir 'de esta agua no beberé'. Siempre esperas una oferta donde prevalezca lo deportivo", apuntó.

Con respecto a su salida del Olympique de Marsella, explicó que no podía seguir entrenando en las condiciones que había: "Los ultras pedían abandonar el club, que tenían que dejar el presidente y la Junta Directiva, y que si no se atendieran a las consecuencias. No se podía trabajar en esas condiciones, Así me lo dijo el presidente, Pablo Longoria, que sigue allí porque después de unos días de reflexión, aunque dijeron que se iban sí o sí, reconsideraron su postura. Pablo me dijo que era mucha responsabilidad dejar un club vacío y que era un acto de consideración al que había pensado en él. Estos grupos entraron en el despacho del presidente, estaba previsto un diálogo y lo que hubo fue una amenaza y una obligación del máximo responsable de estos grupos ultras de que tenían que abandonar el club sí o sí. Yo no tuve ningún problema cuando fui a entrar el día siguiente. Cuando él me dice que se iba a ir, yo no hacía nada allí. Era una situación inaudita. No me siento traicionado por Pablo, me dio las explicaciones, lo considero un amigo y cuando una persona toma una decisión y luego la modifica, seguro que tiene un porqué".