Rafa Nadal, a semifinales, tras el abandono de Pablo Carreño

Rafa Nadal intenta consolar a Pablo Carreño

Rafa Nadal intenta consolar a Pablo Carreño / AFP

Neus Yerro

Rafa Nadal ya está en las semifinales de Roland Garros. No fue el mejor modo de acceder a la penúltima ronda ya que Pablo Carreño tuvo que abandonar, por una lesión en la zona abdominal izquierda, cuando el marcador era favorable al balear por 6-2 y 2-0.

Partido feo, incómodo. Porque nunca gusta enfrentarte a un amigo al que conoces bien, porque las condiciones no eran las más idóneas, con frío y viento. El partido que tuvo que cancelarse el martes por culpa de la lluvia apenas duró 51 minutos. 

Partido sin historia y sin apenas tenis. Nadal no estuvo al nivel de los días anteriores. Se le veía incómodo en la pista. Seis 'breaks' en la primera manga no son habituales en el tenis masculino. Y los hubo. Pablo no ganó ni uno solo de sus servicios, todos sus juegos fueron roturas del saque de Rafa que no sirvió bien pero que se adaptó mejor a la situación.

El rendimiento de uno y otro no fue para tirar cohetes. Pero el tenista de Manacor quizá está más habituado a este tipo de partidos en estas instancias del torneo que el de Gijón, que se estrenaba en los cuartos de final de un Grand Slam.

A la conclusión del primer set, cuando servía 5-2 abajo, Carreño dio muestras de que algo no iba bien. Pidió la atención del fisioterapeuta y acabó saliendo de la pista para ser atendido. La cosa no pintaba muy bien porque las quejas de dolor eran evidentes.

Volvió a salir Pablo a la Philippe Chatrier. Dispuesto a intentar dar batalla. Pero entregó su saque y en un intento de smash, el grito de dolor resonó en toda la pista. No podía golpear bien. Era inútil y arriesgado seguir.

Así, Nadal disputará el jueves una nueva semifinal de Roland Garros. La número diez en París, la número 25 en Grand Slam. Su rival: el vencedor del duelo entre el serbio Novak Djokovic y el austríaco Dominic Thiem