Vinicius desentona y baila menos

Desde el polémico gol bailado al Mallorca, ha entrado en una espiral indolente que le desconecta del juego y la estructura del Real Madrid

Se enmaraña con los rivales, pierde efervescencia con protestas que descentran su fútbol y Valverde y Rodrygo le aprietan

Vinicius discute con el mallorquinista Raíllo

Vinicius discute con el mallorquinista Raíllo / Efe

Alejandro Alcázar

Alejandro Alcázar

Desde la polémica suscitada por bailar un gol contra el Mallorca, Vinicius desentona en el coro futbolístico del Real Madrid. Sigue siendo igual de explosivo, pero solo saca rédito a las carreras que sus compañeros le ponen a la espalda de su marcador. En los demás registros se empieza a cuestionar la efectividad de su juego, de sus filigranas y de sus regaste. Pierde más balones que nadie y en rifi-rafes con los rivales. Actitud que no gustan al entorno doméstico pese a los esfuerzos que hacen por corregirle.

Indolente en el pase, en la concentración y desconectado de las conexiones que le rodean. Vinicius ha perdido carga sin dejar de ser una amenaza permanente para el rival que se despiste. Ha pasado de ser un proyecto a una realidad y los defensas han dejado de flotarle para amarrarle en corto. Ahora recibe una vigilancia especial. Una situación nueva que el brasileño no acaba de leer. Se enmaraña para perder la efervescencia con protestas y provocaciones que le acaban destruyendo.

CUATRO DELANTEROS PARA TRES PUESTOS

El problema para Vinicius es que este Madrid no espera a nadie y falta un puesto para uno de los cuatro delanteros titulares de Ancelotti. Valverde ha dejado sentadas sus virtudes para ser uno de los piñones fijos en la estructura del equipo. La silueta de Rodrygo está emergiendo de la niebla para conectar la directa con juego de seda asociativo y perpendicular. Benzema es intocable. Es Benzema. El que baje el pistón se queda fuera y Vinicius no es Benzema.

La competencia es dura para ser delantero del Real Madrid. Que se lo pregunten a Asensio, pero sobre todo a Hazard. Vinicius debe quitarse cuanto antes el esmoquin de estrella que le han colocado y no acaba de lucir, ponerse el traje de divertirse con sus amigos de blanco para recuperar cuanto antes las botas mágicas que le han traído hasta aquí. Dicen que es más difícil mantenerse que llegar y Vinicius está en ese equilibrio.