Tchouaméni: Así le ayudó Cesc Fábregas y porqué usa las gafas virtuales y cómo empezó con el piano

El jugador del Madrid desvela que usa estas gafas para mejorar su rendimiento

Agrega que coincidir con Cesc en el Mónaco le sirvió de mucho en su juego

Girona - Real Madrid | El gol de Tchouameni

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Aurélien Tchouaméni, jugador del Real Madrid, explica en una entrevista a El País que usa gafas de realidad virtual para preparar mejor los partidos, un utensilio que considera muy eficaz para visualizar jugadas que puede encontrarse durante el partido. El jugador, que hoy contra el Barcelona debería jugar de lateral, indica que “las uso desde hace seis meses, antes de cada partido. Dependiendo de la posición en las que vayas a jugar, estás en el campo en realidad virtual y tienes que leer el juego. Ves jugadores, recibes la pelota y eliges- Tienes que ver lo que pasa detrás de ti, por ejemplo. 

Agrega que “veo mejoras en el campo y en los entrenamientos. Puedes cambiar la intensidad y jugar a más intensidad que en un partido, más rápido, y luego en el campo es más fácil. Es ayuda con la visión y la toma de decisiones bajo la presión del rival”. 

Su posición y su mentor

Hablando de eta presión, indica que en la posición de mediocentro defensivo: “Tienes que estar mirando. Cuando jugué de central contras el Osasuna, era distinto, No tienes que prestar atención a lo que sucede detrás de ti. Pero en el centro del campo recibes el balón de la izquierda y tienes que pensar que está pasando en la derecha, detrás de ti y delante de ti. La presión es diferente”. 

En este sentido, asegura que la ayuda de Cesc en el Mónacome sirvió de mucho con el escaneado, con jugar siempre hacia delante y que cuando no es posible, tienes que estar calmado con la pelota, dar un toque más, porque las cosas en el campo cambiarán durante esta situación”. 

Otro de los aspectos que sorprende de Tchouaméni es su pasión por la música. Él mismo explica cómo fue: “Empecé a tocar el piano en el Mundial. Llegamos a la final, así que pasamos mucho tiempo en el hotel. No podíamos salir. Había un piano en una habitación y con Camavinga intentamos tocar. Toda la vida pensando: “Un día tengo que aprender”. Empecé a aprender, yo solo, sin profesor, con un teléfono y una app. Puedo tocar algunas canciones. Está bien porque me ayuda a concentrarme. Es muy difícil tocar con las manos y recordar la canción. Toco en casa cuando tengo tiempo. Tengo un piano muy grande, muy bueno. No puedo tocar en cualquiera... Estoy orgulloso de mí mismo. Al principio decía: “¿Cómo voy a hacerlo?” Dentro de un año podré tocar más...”