"Así, así, así gana el Madrid"

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

Show must go on! ¡Que siga el espectáculo! “Así, así, así gana el Madrid”, gritaba el Bernabéu cuando vio a Çakir, un amigo de los de toda la vida, un amigo para siempre, señalar desde el césped sobre el que se acababa de perpetrar la enésima fechoría el camino hacia Kiev. Todo bien, todo correcto. Todo atado y bien atado. El fútbol sigue siendo ese deporte en el que juegan once contra once y el árbitro siempre se equivoca a favor del Madrid.

El Real Madrid jugará la final de la Champions, la tercera consecutiva, y optará por su decimotercer título de la máxima competición europea. No lo mereció. Ni en la ida ni en la vuelta. Ni fue mejor que el Bayern, ni tampoco fue, computando los dos partidos, mejor que la Juventus. Pero donde no llega el fútbol rácano y a borbotones del conjunto blanco, lo hace la fortuna que logra que la moneda siempre caiga cara y la mantequilla de la tostada nunca acabe rozando el suelo.

Entiéndase la palabra fortuna, en un ejercicio de generosidad, como referencia a las decisiones arbitrales arbitrarias que allanan el camino, pero también las decisiones de sus rivales cuando la soga más aprieta. El Real Madrid-Bayern fue todo él la síntesis perfecta que resume la trayectoria de los madridistas en su jardín europeo. Siempre bien regado.

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el penalti son los padres

No es necesario, ni falta que hace, trasladarse a la ida en Alemania, donde Carvajal se marcó un ‘Benatia’ con Lewandowski, emulando al futbolista de la Juventus al que castigaron con crueldad. A él y a todo su equipo. En la vuelta, ayer, con el recuerdo aún fresco de la cara desencajada de Buffon, hubo ración doble de historia madridista en estado puro: penalti de Sergio Ramos a Lewandowski, al que rebañó en el área con su pierna izquierda, y penalti por las manos más claras en lo que va de siglo de Marcelo a centro de Kimmich. El lateral sacó el brazo y cortó la trayectoria del balón. Çakir señaló córner. El penalti, si es en el área del Madrid, son los padres. Ya ni duele.

santa claus en mayo

El equipo que preside Florentino Pérez ya solo debía esperar el siguiente paquete y quitarle el lazo. Lewandowski, que marcó con el Dortmund todo lo que debía marcarle al Madrid, lo falló todo. No así James, que, eso sí, tuvo el decoro de pedir perdón. Ulreich apareció en la fiesta para entregar su regalo a Benzema, al que volvió a hacer internacional. El portero del Bayern tiene pagadas unas cañas en La Latina. O donde sea. El Bernabéu acabó cantando: “Así, así, así gana el Madrid”. Y no hay verdad más irrefutable que esa. Así, como siempre, pasó el Madrid.