Andrea Fuentes, Premio Valores Extraordinario

Seleccionadora de EE.UU., salvó la vida a una de sus pupilas que se desvaneció en el agua en el pasado Mundial

Su imagen en el podio era un clásico cuando nadaba, pero emocionó al mundo salvando la vida a Anita Álvarez

Andrea Fuentes, Premio Valores Extraordinario

Andrea Fuentes, Premio Valores Extraordinario / SPORT.es

Àngels Fàbregues

Àngels Fàbregues

Andrea Fuentes fue quizás la menos mediática de las nadadoras mediáticas de natación artística, en su época sincronizada, pero sin embargo es la que ganó más medallas olímpicas con un total de 4 con dos platas en Pekín 2008 (dúo y equipo) y una plata (dúo) y un bronce (equipo) en Londres 2012, al margen de las 16 medallas mundiales y otras tantas en campeonatos de Europa.

Pero no son tantas e importantes condecoraciones lo que prima en la vida de Andrea. La nadadora catalana, nacida en Tarragona hace 39 años pero barcelonesa de adopción, es una persona creativa, con valores que van mucho más allá a los que el deporte le ha inculcado. preocupada por el medio ambiente, con grandes dotes artísticas, y sobre todo inquieta y con ganas de tener una vida plena, con sentido, ser feliz al fin y al cabo.

Y fue esta visión artística de su deporte lo que la llevó a ser la seleccionadora de natación artística de Estados Unidos donde cumple ya cuatro años y sin duda ha llevado a un equipo que había perdido el prestigio en la sincro de nuevo a las altas esferas trabajando en el crecimiento personal de las nadadoras y en conseguir que crean en ellas mismas y en sus posibilidades.

Salva la vida de Anita

Y si todo ello es de un mérito increíble, su reacción en el pasado Mundial de natación de Budapest dio la vuelta al mundo. Era el 22 de junio cuando una de sus nadadoras, Anita Álvarez, se desvaneció dentro del agua durante la final del solo libre. Andrea lo detectó enseguida y se tiró al agua haciendo el buceo más rápido de su carrera para salvar a Anita. Sabía que ella, con sus cualidades, llegaría antes que el socorrista y un segundo de más o de menos era vital en esas circunstancias. Sin duda le salvó la vida. Así es Andrea, una mujer valiente, segura, entregada y que merece más que nadie este premio extraordinario y sus palabras no hacen más que reflejarlo: “Solo se educa con los actos y en esta ocasión no había que pensar ni hablar. Solo actuar”