Mi sofá

Lo que no se vio del empate del Barça en LaLiga ante el Rayo

Lo que no se vio del empate del Barça en LaLiga ante el Rayo / DAVID RAMÍREZ

Carles Pérez

Carles Pérez

Os voy a contar la historia del sofá que me compré hace un año en una famosa cadena de tresillos y muebles de salón. Cuando entré en la tienda y me senté, supe inmediatamente que era ese. Me pareció el sofá más cómodo del mundo, de viscoelástica, con un montón de posiciones que mejoraban el confort y hasta la salud. El precio es otro tema. Eso no me mejoró precisamente la salud. La cuestión es que me gasté mil cuatro cientos euros en ese sofá y tardaron seis meses en traérmelo a casa. Fue como un parto, y a medida que pasaban los meses, más ansiaba sentarme en mi nuevo y comodísimo sofá.

Un día llegó, y mi emoción no pudo ser mayor. Cuando lo tuve instalado en el salón, llegó el gran momento de sentarme y.… ¡Oh! Sorpresa: era cómodo y bonito, pero, no sé por qué, no sentí el mismo placer que percibí en la tienda. No sé si el de la tienda era un modelo diferente, si me timaron, o simplemente mis sensaciones el día de comprarlo y el día que lo tenía en casa habían cambiado. El hecho es que el sofá de mi casa está muy bien, pero no es nada del otro mundo.

Esta última afirmación la puedo hacer ahora que ha pasado el tiempo, antes no admitía que me había gastado tanto dinero y había esperado tanto para eso. Después empecé a ser realista y afirmar, sin miedo, que mi sofá no era nada del otro mundo. Es mucho más cómodo el de mi suegra que tiene 200 años (el sofá, no mi suegra).

¡Estas cosas pasan! Cuando algo que te ha costado mucho te decepciona, necesitas un tiempo para admitirlo.

Y os preguntareis, ¿qué tiene que ver la historia de mi sofá con el Barça? Muy fácil. Creo que a todos nos pasó lo que a mí me sucedió con el sofá en el primer partido del Barça en La Liga. Todos esperábamos un recital goleador de Lewandowski, un festival de tiki taka en el medio del campo, ningún problema en defensa y que el Rayo saliera del estadio con la cola entre las piernas.

Cuando hablo de ese partido todo el mundo dice que, aunque empatamos a cero y el juego no fue nada del otro mundo, se vieron cosas interesantes. Estoy de acuerdo, pero ¡cómo nos cuesta admitir que el partido no estuvo a la altura de lo que esperamos de este Barça!

Lo bueno de todo esto es que este año creo que se han hecho cosas muy bien, y hay plantilla, y técnicos para vencer y convencer, es quistión de tiempo.

El partido contra el Rayo no se debe tener en cuenta por qué el Barça mejorará seguro. Lo que no creo que mejore es mi sofá, y eso ya me toca más la moral.

Flaixbac

Flaixbac / SPORT