Opinión

Rubiales todavía no sabe que es el culpable

Rubiales: "No voy a dimitir"

Rubiales: "No voy a dimitir" / RFEF

El todavía presidente de la Real Federación Española de Fútbol terminó su discurso repitiendo en cinco ocasiones que no dimitía. El aplauso fue unánime. Durante su parlamento utilizó un tono machista, prepotente, amenazador y basó sus argumentos en dos temas: explicó que el beso o pico fue consentido y, por otro, que "Lo sucedido no era lo suficientemente importante como para irse habiendo hecho la mejor gestión de la historia del fútbol español", en palabras textuales.

El primer punto lo desmintió la propia Jenni Hermoso horas más tarde en un duro comunicado junto al resto de campeonas del mundo y casi cincuenta futbolistas más. El segundo argumento demuestra que Rubiales no ha entendido nada. Aunque diéramos por cierto que ha realizado la mejor gestión de la historia del fútbol español, eso no es argumento para perdonarle todos los errores cometidos en cadena desde que el árbitro pitó el final del partido.

Lo hemos dicho en varias ocasiones y si es necesario lo repetiremos cinco o más veces. No vale todo. Nadie con responsabilidades públicas tiene libertad para comportarse como le venga en gana. El daño que ha hecho al fútbol español es irreparable y alargar esta agonía es impropio de un dirigente responsable.

Si todo transcurre como aseguró el presidente del CSD, Víctor Francos, la próxima semana le apartarán del cargo. De lo contrario, se quedará solo. Bueno, con el seleccionado nacional, Jorge Vilda, que aplaudía a rabiar tras escuchar la oferta de 500.000 euros por cuatro temporadas y el del masculino, Luis de la Fuente, que también aplaudía con un entusiasmo desmedido. Eso sí, ninguna futbolista acudirá a la selección mientras sus vicepresidentes de la federación le van abandonando.

"¿Un pico consentido es para sacarme de aquí?", se preguntó durante el discurso. Está claro que todavía no ha entendido nada. El fútbol español acaba de proclamarse Campeonas del Mundo y está en estado de guerra. El ridículo es histórico y solo hay un responsable. Rubiales todavía no sabe quién es…