La pesadilla de Neymar y el sueño de Guardiola

Neymar, en el partido ante el Manchester City

Neymar, en el partido ante el Manchester City

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Neymar se fugó del Barça hace cuatro veranos (previo pago de su histórica cláusula de rescisión de 222 millones de euros) para ganar más dinero y para intentar ser el número 1 del mundo. El primer objetivo lo consiguió. El segundo, evidentemente, no. El PSG ha cubierto de oro al crack brasileño, pero no le ha servido de plataforma para asaltar el trono universal de Messi. Neymar ha perdido cuatro años de su vida en París. Ha dilapidado gran parte de su madurez futbolística ganando ligas francesas y títulos de segundo nivel. Se ha hecho más rico, pero la Champions, el gran escaparate en el que había de convertirse en el sucesor de Messi, le ha sido tan esquiva como al Barça. Y su deseo de llegar a ser el mejor futbolista del planeta se ha desvanecido. Ha pagado muy caro su error. Un error que le ha perjudicado tanto a él como a su amigo/rival Messi. Porque, como dijo Guardiola, con Neymar el Barça habría ganado más Champions... y viceversa. Anoche, con la eliminación ante el Manchester City, se culminó el fracaso de su huida. Por eso, ahora más que nunca, Neymar quiere regresar al Camp Nou. El KO europeo puede precipitar la decisión sobre su futuro. Renovar para seguir sufriendo en el PSG o volver al Barça para soñar junto a Messi...

Guardiola fue la otra cara de la moneda de estas semifinales. Pep vuelve a una final de la Champions. Diez años después. Una década ha tardado el mejor entrenador del mundo en volver a clasificar a uno de sus equipos para la gran cita futbolística europea. No lo logró con el Bayern en las cuatro temporadas que dirigió al equipo de Munich y ha tardado cinco campañas en conseguirlo con el Manchester City. Su última final, en 2011, es también su último título. Con el Barça, claro. Ahora él también sueña con levantar la Copa de Europa y sacarse así un lunar de su extraordinario palmarés. El próximo 29 de mayo tendrá la oportunidad de conseguirlo en Estambul. Con el permiso del Chelsea. O del Madrid...