Opinión

Lo peor que le puede pasar a un entrenador

Xavi deja el campo tras caer ante el Amberes

Xavi deja el campo tras caer ante el Amberes / Javi Ferrándiz

Más allá de los resultados, lo peor que le puede pasar a un entrenador es lo que le está pasando a Xavi, que le muevan la silla por arriba y por abajo y por buenismo, por ese sentido de hombre de club que tiene profundamente arraigado, no actúe y deje que la situación se vaya pudriendo.

Los últimos acontecimientos le dejan a los pies de los caballos y tampoco puede decirse que él esté libre de culpa. No me refiero solo a táctica y preparación. Después de dos años, Xavi no puede decir que el equipo está en construcción, es tanto como declararse culpable y más cuando la involución respecto al año pasado es sangrante.

Y luego está el cambio de convocatoria para Amberes. Parece mentira que no viera las consecuencias que ello iba a suponer. Si dio marcha atrás porque Lewandowski y Gündogan se lo pidieron, malo. Si fue porque Laporta o Deco se lo impusieron, malísimo. Supermalísimo fue que titubeara y admitiera consensos ante la prensa y finalmente, que el Director Deportivo le desmienta ya es el acabóse. Ahora, Xavi es un entrenador débil ante sus jugadores y sin ninguna relación de confianza con sus superiores.

Xavi calló cuando le dejaron sin Mateu Alemany y Jordi Cruyff, cuando no le ficharon a Zubimendi, cuando le trajeron a Joao Félix y no parece que hiciera algo cuando Gündogan denunció problemas de actitud que se han demostrado ciertos. En todo este proceso no ha hecho más que tragar y ahora es víctima de las decisiones de otros, que, por supuesto, antes de reconocer sus errores, se lo van a cargar.