Llora Carletto, nervios en Madrid

Ancelotti: "El que no se quiera lesionar, que se quede en el sofá"

Ancelotti reconoció que lesionarse antes del Mundial es un riesgo que existe / Perform

David Bernabeu

David Bernabeu

Puede que, tras tanto revés, me conforme con poco. No digo que no. Pero una vez superado el duelo por la Champions - estaba asumido desde el 3-3 ante el Inter -, atisbo más luces que sombras en el horizonte azulgrana.

De entrada, escarbando advierto que muchos de quienes señalan a Xavi Hernández casi por hacer “panellets” el día del descenso a la Europa League son los mismos que reivindican las figuras de Valverde primero y Koeman después. Ladran, luego cabalgamos. Valverde ganó dos ligas pero dirigió dos ridículos consecutivos en Europa. Con Messi y con Suárez.

En su regreso al Camp Nou, Xavi le desarboló. “Nos ha sorprendido el planteamiento”, dijo. No tuvo respuesta. Encajó 3 goles en 12 minutos. Se lo hacen al de Terrassa y aparece colgado al amanecer. Ronald tuvo a Leo un año. Ganó una Copa, con exhibición del argentino. Y perdió una Liga, pese a las 33 dianas del crack.

Luego, le destituyeron con el equipo séptimo en liga. Ni ganaba ni transmitía señales de crecimiento en el juego. Hernández, tras años de absentismo del modelo y de caída en Europa, trabaja ahora en la reparación de la idea que mayor éxito dio al club, cuidando un proceso cuyos tiempos de cocción chocan con la inmediatez del resultado.

No ha dado con la tecla en la Champions, un fracaso que él acepta como propio. Pero su andadura en la Liga no admite discusión. Es el mejor Barça de los últimos 5 años, no encajó en 10 de 12 jornadas, máximo goleador - comparte con el Madrid - y mejor defensa e igualdad de números con el irrepetible Pep Team: 87 puntos en las primeras 38 fechas.

No parecen datos para quemarlo todo. Tampoco para montar un numerito en Canaletas. Pero sí mantiene vivo el sueño de arrancarle el título al Madrid. Y eso, con Xavi al frente, genera tanta histeria que hasta “Carletto” perdió las formas. Atizó a Melero para esconder la realidad: llevan días jugando mal. Nervios.