Un examen que toca aprobar

Los jugadores del Barça celebrando el gol de Lewandowski ante Osasuna en la Supercopa

Los jugadores del Barça celebrando el gol de Lewandowski ante Osasuna en la Supercopa / VALENTÍ ENRICH

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

Hoy saldremos de dudas. Ha llegado la hora de la verdad. Ya no valen excusas ni mentiras piadosas. Hay que sacar el orgullo, el carácter y el talento. No es una final trascendental, pero sí un partido que puede marcar un antes y un después como sucedió la pasada temporada. La Supercopa es un examen importante ante un rival cualificado que no pueden suspender. Toca demostrar que el equipo de Xavi está en condiciones de ganar títulos.

Llevamos cinco meses de temporada y todavía no conocemos el auténtico potencial blaugrana. El rendimiento ha sido tan irregular como discreto. La deseada excelencia no se ha producido e incluso están rindiendo por debajo de la Liga que ganaron. Lo primero que hay que demostrar es actitud y espíritu de sacrificio. En esto no les deberían ganar los blancos. En el futbol actual la condición física en forma de presión y derroche de facultades es determinante. Jugar andando y sin velocidad, penaliza.

La victoria frente a Osasuna significo una inyección de moral positiva. Después de seis partidos se consiguió dejar la portería a cero, en este sentido destaquemos que jugó la defensa titular de la pasada temporada: Koundé, Araujo, Christensen y Balde. Se ganó sin sufrir, aparecieron brotes verdes como la vuelta de Pedri, las buenas sensaciones de Lamine y las ganas de Lewandowski. Como ensayo de cara a la final fue esperanzador, pero no nos engañemos, por debajo de lo que demostraron los madridistas frente al Atlético.

Xavi tiene jugadores para plantar cara al Madrid sin complejos ni temor. Al ataque y dominando la posesión del balón. Hay que mentalizar al equipo para que no se deje sorprender por el plus que siempre sacan los madridistas en las finales donde crecen de forma notable. Será un partido de toma y daca que puede durar cien minutos. El entrenador debe saber que este partido no se gana con once jugadores, los cambios serán determinantes. El que se relaje o despiste un cuarto de hora, lo pagará caro.

Pedri puede ser un revulsivo importante de medio campo en adelante por su capacidad creativa. De Jong tiene una cualidad diferencial para salir con el balón controlado y romper líneas que debe ejecutar más. Gündogan es el director de orquesta que siempre quiere el balón y sirve las mejores asistencias. A Lamine Yamal hay que darle libertad en la banda para que se atreva más en el uno contra uno y llegue a la línea de fondo para centrar. Lewandowski es consciente de que pasó un bache, se le nota con ganas de reivindicarse. Joao Félix se crece en los partidos grandes y con un plus de motivación.

Vaya por delante que será un partidazo. El Barça sale como campeón pero el Madrid tiene clavada la espina del pasado año y buscará la revancha. Choque de titanes donde no ganará el mejor, sino el más fuerte.

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