Un equipo sin nacionales

El Villarreal aguantó las acometidas del Real Madrid en el tramo final

El Villarreal aguantó las acometidas del Real Madrid en el tramo final / AFP

Alfredo Martínez

Alfredo Martínez

Han tenido que pasar 4435 partidos. Se dice pronto, y al 4436 ocurrió. El Real Madrid ante el Villarreal el pasado sábado, alineó de inicio un once sin ningún futbolista nacido en España por primera vez en su historia. Y encima perdió aunque quizás solo sea una anécdota el resultado. Lo que no debe parecer una anécdota, a pesar de vivir en un mundo tan globalizado, es este dato. Tiene mucha más importancia y peso de lo que parece. No es que haya que mirar el pasaporte a los futbolistas, es que los grandes equipos, los grandes campeones, además de grandes estrellas internacionales, siempre tuvieron un núcleo duro, un grupo muy fuerte de canteranos. Se me vienen rápidamente a la memoria muchos y significativos ejemplos. Recuerden la famosa Quinta del Buitre de los Butragueño, Michel, Martin Vázquez, Sanchis o Pardeza, acuérdense del Manchester United de los hermanos Neville, Butt, Scholes, Giggs y Beckham. El mejor equipo de la historia para muchos, el Barcelona del sextete y de Pep Guardiola tenía a los Valdés, Puyol, Busquets, Iniesta, Xavi, Pedro, Messi e incluso dio un paso más adelante y logró el círculo virtuoso, el partido perfecto en la alta competición, al conseguir confeccionar un once muy poderoso, solo con jugadores de la cantera, bajo el mandato del siempre recordado Tito Vilanova el 25 de Noviembre del 2012 ante el Levante, en el Ciutat de Valencia. Hay muchos grandes ejemplos en toda la historia de los mejores Ajax, Bayern Munich o Athletic de Bilbao.

Me contó un ex jugador español del Liverpool que cuando llegaban los nuevos jugadores a Anfield, una de las primeras cosas que le hacían era darle un libro sobre la historia del club para que se impregnaran y supieran valorar el club al que llegaban. Conocer lo que significa el club y valorar que hay detrás. La esencia del club y entender lo que significaba para sus aficionados.

El mismo fin de semana, En otro estadio, el Metropolitano, y en un partido de máxima exigencia, ante el Atlético de Madrid, el Barcelona alineaba un once con cuatro jóvenes, tres canteranos y uno llegado muy joven (Pedri), menores de 20 años. Incluso creo que no hay que ser muy romántico como para preferir perder con un equipo con identidad de club a ganar sin ese valor añadido. Si, se trata de ganar, pero también de sentirse apegado e identificado a lo que te representa en el campo. Puede ser más largo el camino hacia la victoria, pero es mejor escoger el camino de los Gavis o Pedris al de los Rudiguers. Y a la larga hay más opciones de éxito por este camino que por el otro.

Gavi, Ansu, Balde y Pedri pueden conformar esa base de futuro sobre la que cimentar una generación de campeones. Desde luego es un mejor punto de partida que un equipo sin nacionales. Casi 4500 partidos después.