Donde estaba Dest, pongan a Messi o Suárez

Se perdió el Clásico, pero no porque el Madrid fuera infinitamente superior. Se perdió porque todas las carencias del equipo azulgrana se acusaron de forma decisiva. Lo que más o menos se puede maquillar, y tampoco tanto, desgraciadamente, ante rivales de menos entidad, frente a los equipos grandes supone un obstáculo insalvable. La cuestión es que el Barça no tiene lateral derecho, hace ya tantos años que no lo tiene que a alguien le tendría que caer la cara de vergüenza, y por ahí campó a sus anchas Vinicius, especialmente en la primera parte. El Barça no tiene delantero centro y por ahí se fueron las pocas oportunidades que propició una línea de creación también deficiente, con un Frenkie de Jong desconocido y un chaval de diecisiete años como Gavi al que no se le puede pedir más cuando en frente tiene a veteranos curtidos en mil batallas como Kroos, Modric o Casemiro. El Barça perdió por el lastre de sus carencias más que por el valor de la calidad del Madrid.

LA JUGADA

Hay una jugada que resume perfectamente lo que fue el partido. El remate de Sergiño Dest, solo en el punto de penalti, que envió por encima de la portería de Courtois. Esta acción cambió el desarrollo del partido. Iban 0-0 y el que se pusiera por delante en el marcador está claro que iba a tener ventaja. Pudo hacerlo el Barça, pero lo hizo el Madrid por mediación de un defensa como Alaba que supo sumarse al ataque y aprovechar los espacios que abría Vinicius. Puede que se trate de una acción táctica trabajada en los entrenamientos y en la pizarra, que seguro que también, pero ahora pongámonos en la realidad el Barça, lo que les digo de las carencias. Donde estaba Dest en la jugada de marras, pongan a Messi o Suárez y sin ninguna duda estaríamos hablando de otra cosa. Y tengan en cuenta que si allí estaba Dest era una anomalía, porque Dest no es delantero por mucho que Koeman se lo proponga. Quiero decir que el bajón de calidad del equipo barcelonista es tan dramático que no podemos extrañarnos de lo que está sucediendo.

La clave: el bajón de calidad es tan dramático, que no podemos extrañarnos de lo que sucede.