El complejo equilibrio Laporta-Xavi

Laporta y Xavi, en la celebración del campeonato liguero

Laporta y Xavi, en la celebración del campeonato liguero / EFE

Ernest Folch

Ernest Folch

Buenas noticias: suenan tambores de renovación. Es muy probable que en las próximas semanas el club anuncie un acuerdo para alargar el contrato de Xavi. Una noticia tan esperada como evidente, simplemente porque no hay en el horizonte una alternativa posible.

Todos sabemos que el sueño de Laporta, como el de buena parte del barcelonismo, era que Pep regrese un día a su casa, pero esto es ahora mismo una quimera imposible. Como todos sabemos que la primera opción de Xavi no fue Laporta, sino Victor Font, pero fue Laporta quien ganó legítimamente y por goleada las elecciones.

Y es que tanto Xavi como Laporta partieron en su día del mismo punto, sabiendo que no eran la primera opción el uno para el otro. Y los dos han tenido que tener infinita paciencia para poder construir una buena convivencia.

Hay mucho ejemplos de roces entre los dos. Laporta y Xavi han tenido opiniones diferentes, y en ocasiones antagónicas, sobre el destino de jugadores como De Jong, Ansu o el propio Messi. Es lógico: Laporta tiene que pensar en cuadrar las cuentas y Xavi aspira a la mejor plantilla posible. También ha habido roces menores, como la planificación de la gira americana o el desencuentro con Guardiola aireado por el propio presidente, y diferencias de criterio con el destino cambiante de la dirección deportiva.

Últimamente era evidente que Joao Félix, una prioridad para Laporta, no era la mejor opción para Xavi, aunque cambió de opinión cuando vio las salidas. Es imposible que en un club tan sumamente complejo como el Barça el presidente y el entrenador no pasen por momentos de gran tensión.

La buena noticia es que en el caso de Laporta y Xavi lo han sabido sobrellevar con respeto y discreción, y la sensación es que, a pesar de los difíciles equilibrios que los dos tienen que hacer, la relación es cada día más sólida y estable.

A diferencia de lo que sucedió con Koeman, con el que no hubo nunca una relación de confianza mutua, esta vez presidente y entrenador han establecido un vínculo pragmático en el que incluso pueden discrepar sin que por ello se acabe el mundo.

¿Se quieren Xavi y Laporta? Se respetan y se necesitan, que en realidad es mucho más importante. A menudo la conveniencia es mucho mejor, y más efectiva, que el amor. Lo que es indudable es que la renovación de Xavi es una gran noticia para el barcelonismo y la única opción de dar estabilidad al proyecto a largo plazo.