El Barça necesita una gran sacudida

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Ernest Folch

Ernest Folch

El Barça cierra con otra gran decepción una temporada que será más recordada por las derrotas que por la meritoria Liga conquistada. El equipo de Valverde perdió merecidamente ante un Valencia más dinámico y sólido, pero al menos esta vez luchó, supo reaccionar a una desastrosa primera media hora y al menos no repitió la imagen deplorable de Anfield. Lo cierto es que el Barça salió a la final de Copa como si todavía estuviera estirado en el diván de Anfield, con las pulsaciones muy bajas, aturdido y medio deprimido.

El Valencia se dio cuenta que tenía delante a un conjunto en plena convalecencia y se fue sin piedad a su yugular, una defensa miedosa y descosida, a la que atacó con una doble dentellada que a la postre fue definitiva. Ya en los primeros instantes un error infantil de Lenglet, que denotaba falta de concentración, propició una ocasión muy clara de Rodrigo, que si no fue gol fue únicamente por una salvada heroica de Piqué en la misma línea de gol. El Valencia había olido la sangre y fue cuestión de minutos que entrara el primer tanto y empezara la sangría blaugrana. En un contraataque letal, el Valencia remató el trabajo ante un Barça inoperante que se descosía por momentos.

Cuando parecía que el Barça iba a desmoronarse de manera estrepitosa, Messi reaccionó y él fue el faro al que se agarró el equipo: tuvo una gran ocasión al filo del descanso, tiró una maravillosa pelota al palo en el arranque del segundo tiempo y finalmente marcó el gol, a rechace del portero, que ya no sería suficiente.

El Barça, una vez más, se encomendó a Messi, y demostró una vez más que hoy por hoy no tiene más argumentos que el ‘10’ para competir en partidos de máximo nivel. Merece una mención especial el gran partido de Piqué, multiplicándose también en ataque, demostrando una enorme personalidad, pero poniendo también en evidencia las deficiencias en la planificación de una plantilla que ha llegado rota a este final de temporada.

ES NECESARIO REJUVENECER LA PLANTILLA URGENTEMENTE

La final perdida de Copa no es sin duda lo más grave de la temporada, pero es la guinda de algunos defectos evidentes que ya no pueden esconderse. Es evidente que hay que rejuvenecer un equipo agotado físicamente y colapsado psicológicamente, que necesita savia nueva urgentemente para regenerarse y oxigenarse.

Es evidente que hay que encontrar argumentos que vayan más allá de Messi si no queremos convertir el Barça en una copia barata de los Chicago Bulls de Michael Jordan. Y es evidente que hay que llevar a cabo una gran sacudida porque el equipo termina la temporada parado, triste y sin ninguna energía. Todos los niveles del club están hoy tocados: los jugadores, Valverde y la junta de Bartomeu, todos responsables de la parálisis a la que se ha llegado. Viene sin duda el verano más movido de la última década.