Un arbitraje de otro siglo rescata al Madrid de la hecatombe

Keylor encajó

Keylor encajó / AFP

Ernest Folch

Ernest Folch

La suave mano que mece la cuna del Real Madrid apareció ayer en el minuto preciso para salvarlo de un ridículo histórico. Un penalti imaginario sobre Lucas Vazquez condenó a una espléndid Juve, que por supuesto mereció pasar.

El símbolo de la desfachatez arbitral fue la expulsión de Buffon, un síntoma de que el arbitraje era ayer una apisonadora que debía arrasar con todo lo que encontrara por delante, leyendas incluidas. Fue un árbitro el que tuvo que salvar al Madrid de quedarse un año en blanco, a la deriva y sin proyecto.

La catástrofe blaugrana del dia anterior, una eliminación sin paliativos, debería haber tenido su justa correspondencia con la eliminación del Madrid, pero en el fútbol hay fuerzas superiores que son capaces de rescatar a los elegidos, incluso cuando ya agonizan. El Madrid pasó, sí, pero el descalabro de ayer, por mucho que se venda como una gesta, ha resquebrajado su imagen de favorito.