Undécimo asalto de Serviá a las 500 Millas

Oriol Servià tuvo que esperar hasta el último momento para confirmar su presencia en las 500 Millas de Indianápolis y el pasado sábado aseguró su clasificación para la carrera al quedar en 19º puesto de parrilla.

Dentro de la estructura de Arrow Schmidt Peterson, que alinea otros dos coches, para James Hinchcliffe  y el ex piloto de F1 Marcus Ericsson, Servià buscará su primer triunfo en el mítico óvalo, en el que no estará Fernando Alonso, con el número 77 y motor Honda.

El piloto de Pals afronta su decimoprimer reto en la Indy500.

Servià, de 44 años, que ya corrió con este equipo en la edición del Centenario de las 500 Millas, en 2016, ha estado en un par de ocasiones cerca del triunfo y el año pasado lideró 16 vueltas en el tramo final de la carrera apostado la estrategia a una neutralización de la carrera que no apareció y que le obligó a parar a repostar a tres vueltas del final cuando tenía la victoria a su alcance.

Su mejor clasificación en esta mítica prueba fue el cuarto puesto de 2012 con un coche del equipo DR&R.

Perseverancia

Oriol Servià no es de los que hacen ruido y su carrera deportiva es un claro ejemplo de ello. Emprendió el sueño americano para competir en la Indy Lights en 1998 y ganó el título el año siguiente, éxito que le valió su entrada en la Cart. Desde entonces ha sido un habitual en la parrilla, aunque en los últimos años se ha convertido en un especialista de las 500 Millas, que es la única prueba que figura en su calendario esta temporada y que afronta con grandes esperanzas.

El piloto catalán se ha reencontrado en el equipo Arrow Schmidt Peterson con el ingeniero Bruno Couprie, con el que trabajó en Newman Haas durante la temporada 2011, que precisamente fue una de sus mejores actuaciones en Indianápolis, siendo tercero en la parrilla y sexto en la carrera.

Y ello le ofrece grandes garantías porque además es un gran estratega. Servià, que reside en Estados Unidos desde 1998, vive actualmente en Los Ángeles.