El Papa Francisco 'bendice' a MotoGP en el Vaticano

El Papa conversa con Marc Márquez, que le regaló un caso como el resto de pilotos

El Papa conversa con Marc Márquez, que le regaló un caso como el resto de pilotos / MOTOGP

Sport.es

Una delegación de MotoGP, encabezada por el máximo dirigente, Carmelo Ezpeleta, fue recibido en el Vaticano, a las nueve en punto de la mañana, por el Papa Francisco, que departió un rato con los presentes, entre ellos, los pilotos españoles, Dani Pedrosa y Marc Márquez.

El líder del Mundial, le regaló un casco, como el resto de pilotos y el Papa, rompiendo el protocolo, se lo agradeció aunque lo entendió como una indirecta a los momentos complicados que vive. “Si me hacéis este regalo es porque, tal vez, lo necesite, no?", le dijo al de Cervera, en una recepción en la que también estuvieron Andrea Iannone (Suzuki), Danilo Petrucci (Ducati) y y Jack Miller (Ducati).

La visita, que la había solicitado desde hace algunos meses Giovenni Copiolo, presidente de la Federación Italiana de Motociclismo, comenzó de manera muy protocolaria, con palabras del italiano, que agradeció la recepción en el Vaticano por una parte de las escuderias de MotoGP.

"Un ejemplo para la juventud"

El Pontífice respondió a las palabras de Copiolo, destacando que “por primera vez en el Vaticano recibimos a una delegación del Mundial de MotoGp”, para luego improvisar unas palabras, solicitando a los pilotos “que sigan siendo un ejemplo para la juventud, tanto fuera como dentro de la pista”.

Luego, el Pontífice saludó personalmente a todos los pilotos y representantes de los equipos, aunque tuvo un pequeño aparte con el líder del Mundial, Marc Márquez, al que felicitó por su título del año pasado, y también por su liderazgo en el presente, para luego decirle al piloto quie “lo importante es vivir la vida con pasión, porque si la vivimos con pasión, podremos transmitir los valores que queremos”.

Ánimos a Paolo Simoncelli

Uno de los momentos más emotivos fue cuando el Papa se ha acercado a Paolo Simoncelli, padre del fallecido Marco, y que lleva el nombre del circuito de Misano-Adriático, donde este jueves arranca el Gran Premio de San Marino.

Paolo, entiendo la rabia de un padre al perder a su hijo, pero la rabia no nos puede doblegar, no nos puede ganar”, le dijo el Papa, en un aparte con Simoncelli. Sin duda, un Papa muy al día del deporte del motor, que dejó enbelesados a toda la delegación y especialmente a los pilotos, que le regalaron un casco firmado por cada uno de ellos.

Tras la recepción, realizaron una amplia visita a la Capilla Sixtina, y los museos y catacumbas que encierra el Vaticano.