Viñales, el nuevo rey de MotoGP, en tres claves

Viñales, rodeado de su equipo tras la victoria

Viñales, rodeado de su equipo tras la victoria / EFE

Laura López Albiac

Laura López Albiac

En solo dos carreras (y una pretemporada de '10'), Maverick Viñales ha entrado en el selecto club de los 'fantásticos' de MotoGP con la fuerza de un huracán. A sus 22 años, el de Roses ha ido trazando paso a paso una carrera profesional que pretende culminar, más pronto que tarde, con un título mundial en la categoría reina. Y los que hace poco dudaban de que pudiera conseguirlo este año empiezan a darse cuenta de que, quizá, acabe sorprendiéndoles. 'Mack' derrocha talento y sangre fría. Dos cualidades que, combinadas con la moto más equilibrada de la parrilla, la Yamaha M1, son garantía de éxito.

1. Las cosas claras

Cuando Maverick llegó a MotoGP muchos dijeron que se precipitaba. Campeón del mundo de Moto3 en 2013, el joven piloto empordanés solo pasó una temporada en la cilindrada intermedia de Moto2, con Pons Racing y fue 3º en el Mundial. Decidió dar el salto a la categoría reina con Suzuki y "porque el tren a veces solo pasa una vez y hay que cogerlo. No importa dejar Moto2 sin ganar un título. Estoy en MotoGP con un equipo de fábrica, que trabajará para mí y con el que podré ganar toda la experiencia que necesito para un día poder ser campeón". Así de claro y de rotundo lo tenía Viñales a finales de 2014 cuando le preguntamos al respecto. En su etapa de Moto3 también dio signos de su fuerte personalidad cuando en octubre de 2012, estando en la pelea por el título, se fugó, literalmente, del GP de Malasia, renunciando a correr y rompiendo unilateralmente su contrato con Avintia-BQR, que le negaba la moto (KTM) que él entoces creía la única que le podía permitir ganar. Le recordaron que podía ser sancionado duramente por aquella acción sin precedentes y su respuesta, con solo 17 años, dejó helado a más de uno: "No me importa si tengo que estar un año sin correr, la magia no se pierde por estar un tiempo parado", espetó. 'Mack' dejó también a su manager Ricard Jové, al considerar que se puso de parte del equipo. Y tras la mediación del que hoy día es su agente, Paco Sánchez, aceptó volver al 'redil' para correr en Valencia y terminar 3º aquel campeonato. A Viñales no le gusta recordar ese episodio, pero tampoco se arrepiente. Y define fielmente su determinación.

2. Dos carreras, dos victorias y cero presión

Cuando Maverick Viñales se subió por primera vez a la Yamaha en Valencia, en noviembre de 2016, ya fue el más rápido de todos los pilotos en pista. También en los tres siguientes test de pretemporada, en pistas tan diferentes como las de Sepang, Phillip Island y Catar. Aún así, seguía generando cierto escepticismo. "Una cosa es ser el más fuerte en invierno y otra cosa son las carreras" repetían algunos de sus rivales. No así el campeón del mundo Marc Márquez, que en una entrevista en el mes de noviembre con SPORT ya apuntó a Viñales como su "rival más peligroso" por el título 2017. Tampoco faltaban los que señalaban a Valentino Rossi como factor desestabilizador, dada la influencia de 'Il dottore' en el box de Yamaha. Otros aseguraron que a sus 22 años y ante tamaña responsabilidad, Viñales podía sucumbir a la presión... Pero a la hora de la verdad, Maverick ha convencido a todos logrando dos victorias impecables en sus dos primeras carreras con Yamaha. "Maverick es el favorito no solo porque gana, sino por cómo gana" valora el propio Valentino Rossi. “Sabíamos que tenía un potencial enorme pero estamos viendo a un piloto mucho más brillante y arrollador de lo que pensábamos”, reconocía en Argentina su jefe Lin Jarvis, en hombre que en su día apostó por Jorge Lorenzo y que cuando el mallorquín anunció que se iba a Ducati, tuvo claro quien sería su sucesor.

3. Doble motivación en Austin

Ningún piloto de Yamaha arrancaba un Mundial con dos victorias consecutivas desde Wayne Rainey en 1990. Ni Rossi ni Lorenzo consiguieron lo que ahora Viñales ha hecho que parezca fácil. Llegar y 'besar el santo'. Al más puro estilo Marc Márquez. Y es la referencia del campeón de Honda, precisamente, lo que motiva a Maverick de cara a la siguiente cita del calendario: el Gran Premio de las Américas, en el circuito texano de Austin. En este escenario Márquez se ha mostrado intratable desde el primer día, donde ha dominado todos los entrenamientos y carreras en los últimos cuatro años. "Yo me adapto bien a todas las pistas y esta moto, la M1, es la más completa de la parrilla, va bien en todas partes, así que espero poder intentar sumar otra victoria dentro de dos semanas en Austin. Márquez siempre gana allí y eso es un reto que me encanta", dijo Viñales nada más bajarse del podio en Argentina. Su equipo le estaría muy agradecido si consigue ese nuevo desafío. Y no solo porque sería la tercera victoria consecutiva, sino porque serría la número 500 de la historia para la marca de Iwatta.