Entrevista | Álex Rins: "Fabio y yo podemos evolucionar mucho la Yamaha"

"Me costó asumir la gravedad de mi lesión en Mugello. La recuperación fue muy larga y hubo días oscuros, grises y muy duros, pero no me rendí", recuerda el piloto barcelonés

"El test de Cheste con la Yamaha fue genial y ya estoy deseando ver que traen en Sepang. A nivel físico ya estamos a punto de alcanzar el objetivo" , apunta

Álex Rins, durante su visita al Museo de Estrella Galicia en A Coruña

Álex Rins, durante su visita al Museo de Estrella Galicia en A Coruña / Estrella Galicia 0,0

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Álex Rins, invitado por su patrocinador, Estrella Galicia, ha visitado el museo de la compañía en A Coruña y ha aprovechado para hacer balance de su primera y única temporada con el LCR Honda, marcada por su victoria en Austin y también por una grave lesión que le condicionó el resto del año. Ahora está ya totalmente focalizado en su nueva etapa como piloto oficial Yamaha, donde la próxima temporada formará un tandem de lujo con el francés Fabio Quartararo.

Rins ha pasado por todos los estados de ánimo durante la temporada que termina. Acabó 2022 ganando dos de las tres últimas carreras con Suzuki y comenzó la campaña de 2023 pilotando una Honda para conseguir un sorprendente triunfo en el GP de Las Américas al manillar de una moto de equipo satélite, rompiendo una racha de 24 grandes premios sin ganar para la marca alada.

Continuó su progresión en las carreras siguientes con suerte dispar, pero el peor momento del año llegó durante el fin de semana del GP de Italia en Mugello, sufriendo una caída en la carrera sprint que se saldó con una doble fractura de tibia y peroné en la pierna derecha. Tras un largo periodo de recuperación, su vuelta a la competición se fue retrasando debido a la complicada rehabilitación.

Llegó a salir a pista durante los entramientos del viernes en el GP de Japón y no pudo continuar. Puntuó en la siguiente cita en Indonesia, pero tras esa carrera debió someterse a una nueva intervención quirúrgica para aliviar las molestias que le producían las secuelas de su lesión, volviendo a pista para la última carrera del año en Valencia. Al mismo tiempo trascendió que Rins sería piloto oficial de Yamaha en la temporada 2024 como compañero del piloto francés Fabio Quartararo. Logró subirse a su nueva moto durante el test IRTA que se celebró en Cheste dos días después de finalizar la temporada 2023.

¿Cómo vivió la sonada victoria en Austin?

Fue una victoria por todo lo alto. Solo era la tercera carrera y con un equipo nuevo, además de satélite. Veníamos de muchos años sin ganar Honda con un piloto que no fuera Marc Márquez. La verdad es que fue algo espectacular.

Unas semanas después llegó una desafortunada caída en Italia. ¿Cómo fue el proceso de recuperación?

Recuerdo que iba con un ritmo muy bueno, me sentía muy bien encima de la moto hasta Italia, donde tuve el accidente y la posterior lesión de tibia y peroné. No es que la lesión se complicara, sino que fue muy grave. A mí personalmente me costó bastante tiempo darme cuenta de la gravedad. Mi cabeza me ponía una fecha de vuelta a la competición, pero, cada vez que se acercaba esa fecha, se tenía que posponer porque no estaba todavía consolidada la fractura hasta prácticamente el final de temporada. En Japón, me volví a subir a la moto con el ‘ok‘ de los médicos, siempre guardando la distancia por el dolor. A la que sentía dolor, me bajaba de la moto. Solo pude rodar el viernes. En la siguiente, en Indonesia, por el tipo de circuito que era, pudimos completar el fin de semana acabando novenos. Fue un gran resultado tal como estaba físicamente. Después, el viernes de Australia, tuve que abortar por el dolor. Volvimos en Valencia y cada vez que me subía a la moto, me iba encontrando mejor. Era una prueba importante porque teníamos tres días de moto, uno de descanso y después, el martes, el día de test. Fue curioso porque el dolor fue de más a menos y me sentí cómodo.

¿Hubo algún momento en que se dijera a sí mismo: prohibido bajar los brazos?

Desde luego, hubo muchos momentos así, de no rendirse. Fue un proceso súper largo, con muchísimas horas de fisioterapia y entrenamiento en el gimnasio para fortalecer la pierna… Han sido y siguen siendo, porque todavía seguimos recuperando ese volumen de músculo en la pierna que hemos perdido. Hubo días oscuros, grises y muy duros, de estar cansado, de que cada día, por ejemplo, viniera el fisio a casa para hacer lo mismo, pero al final siempre con un objetivo fijado.

¿Cómo fue el primer contacto con la Yamaha y el equipo?, ¿qué le parece tener a Fabio Quartararo como compañero?

Genial, aunque al final fue sólo un día de test real. Dimos unas 60 vueltas adaptándome a la moto, probando cosas, aunque saliendo de una lesión de tantos meses, no tenía sentido comenzar a probar 'settings'. Tomamos el día más coger experiencia con una moto totalmente diferente, un equipo humano y una forma de trabajar distintos y acabé muy contento. Estuvimos trabajando mucho en la electrónica para intentar hacer la moto a mi estilo de pilotaje y poder controlarla de la manera que me gusta. El meeting final fue muy positivo. Tanto el equipo y los técnicos japoneses como yo acabamos satisfechos. Creo que, con mi conocimiento y el de Fabio Quartararo, que lleva ya tantos años trabajando para Yamaha, podemos aportar mucho de cara a la evolución de la moto.

P: ¿Con qué perspectiva afronta el próximo año?

Mi objetivo es llegar al cien por cien. A nivel físico ya estamos a punto de alcanzarlo. Subimos a la moto en febrero en los test de pretemporada en Sepang y la verdad es que tengo muchas ganas. Estoy con muchas ganas de ver qué es lo que traen y de ver cómo se comporta la Yamaha en la pista. Es una moto completamente diferente y tengo ganas de ver las opciones reales que tenemos.