Verstappen, merecido campeón

Max Verstappen se ha impuesto en un GP de Abu Dhabi tras un final de infarto. Hamilton, que había dominado la carrera desde la salida a la última vuelta, vio como el joven holandés le destronaba de la manera más cruel. Carlos Sainz ha culminado su primer año con Ferrari con el cuarto podio del curso.

Red Bull le gana la partida a Mercedes

Los pilotos son los que ganan y se llevan los méritos, pero en esta ocasión es relevante alabar el extraordinario fin de semana de Red Bull. Sin la estrategia que llevó a Max Verstappen a la pole ni la inestimable colaboración de Checo Pérez, entre otras muchas cosas, no hubiera sido posible que lograra el título. La carrera se le complicó al holandés por una mala salida y porque, sin duda, Hamilton tenía más ritmo, pero el equipo nunca tiró la toalla y le empujó para que no se rindiera.

Las dos paradas en boxes fueron cruciales para seguir ahí y el safety car que provocó el accidente de Latifi a 5 vueltas del final fue clave para obrar el milagro. Lewis se mantuvo en pista y ellos pasaron por boxes para afrontar el final con un juego de neumáticos blandos nuevos y, en esas condiciones, el inglés fue presa fácil. Se defendió como un jabato, pero era demasiado vulnerable. Podemos hablar de milagro, pero pienso que es más correcto precisar que ello fue posible por un acierto de Red Bull.

Un gran campeonato y un merecido campeón

Max Verstappen ha destronado a Lewis Hamilton, que había logrado seis de los últimos siete títulos, en un año apasionante, competido, espectacular y repleto de alternativas, en el que debo reconocer que para mí el holandés es un justo campeón porque ha ganado diez carreras, dos más que su rival y siempre ha estado delante. A sus 24 años, siendo el cuarto piloto más joven en lograr el título, puede marcar una época.

La temporada, en su global, ha sido para enmarcar, emocionante de principio a fin y la igualdad que ha habido en la pista se ha hecho patente en el hecho de que se decidiera en la última vuelta de la última carrera.

Me acuerdo ahora de Brasil 2008, precisamente el año del primer título de Hamilton, que ganó la corona cuando Felipe Massa ya lo estaba celebrando. Son finales duros, durísimos, pero me quito el sombrero con Lewis por saber perder, que es mucho más difícil que saber ganar.

Los comisarios de la discordia

Los comisarios han estado en el punto de mira durante toda la temporada después de una serie de polémicas providencias que han afectado, principalmente, a los dos candidatos al título y que han marcado un extraordinario campeonato. La falta de consistencia en sus decisiones, arbitrando maniobras diferentes de forma diametralmente opuestas, ha enervado los ánimos de unos y otros.

La FIA sigue teniendo una asignatura pendiente en este apartado y mientras no lo solucione estará en el ojo del huracán. Con los medios técnicos con los que cuentan ahora es ilógico e incomprensible que no haya un criterio único y en cambio se permita a Toto Wolff exigir y presionar a Michael Masi que no despliegue un safety car para no cargarse ‘su’ campeonato. Todo ello les pone bajo sospecha y son los culpables de que un Mundial tan apasionante como el que hemos vivido termine generando discordia.