El imperio de Red Bull en F1 se tambalea

La salida de Adrian Newey podría generar un 'efecto dominó' y si se marcha también Verstappen, el equipo campeón se desmoronará

Los asombrosos éxitos en la pista contrastan con la guerra interna por el poder en la escudería de las bebidas energéticas

Verstappen y Pérez celebran un doblete de Red Bull

Verstappen y Pérez celebran un doblete de Red Bull / Red Bull Contenpool

Laura López Albiac

Laura López Albiac

Red Bull domina de forma implacable el Mundial de Fórmula 1 desde hace tres años. Los dos últimos conquistó los títulos constructores y pilotos, con Max Verstappen, y en 2023, además, logró también el subcampeonato con Sergio Pérez. Esta temporada, tras cinco grandes premios, Verstappen tiene ya encarrilado el camino hacia su cuarta corona, secundado por Checo. Es la segunda ‘edad de oro’ en Milton Keynes, después del tetra campeonato de Sebastian Vettel entre 2010 y 2013. Pero los cimientos de esta estructura tan perfecta han empezado a desmoronarse.

La salida de Adrian Newey, el ingeniero estrella de la Fórmula 1, anunciada de forma oficial el 1 de mayo, puede desencadenar una crisis sin precedentes en el equipo de las bebidas energéticas. Y el reciente escándalo que afectó a su director Christian Horner, -investigado y finalmente exculpado por su ‘comportamiento inapropiado’ con una empleada-, ya dejó al descubierto el tóxico ambiente en la cúpula de la escudería. Sin embargo, para buscar el origen de los problemas hay que remontarse a octubre de 2022, cuando falleció el cofundador de Red Bull Dietrich Mateschitz.

El magnate austríaco poseía el 49% de la compañía de bebidas Red Bull GmbH, mientras que el accionista mayoritario, con el 51%, era su socio tailandés Chalerm Yoovidhya. Helmut Marko, ex piloto y compatriota de Mateschitz, se convirtió en su mano derecha cuando éste decidió comprar Jaguar e impulsar su propia escudería de Fórmula 1 en 2005. Christian Horner se estrenó ese mismo año como jefe del equipo y a día de hoy es el más veterano de la parrilla en su rol.

La muerte de Mateschitz dio pie a una descarnada guerra interna por el poder en la escudería. La temporada pasada, mientras Verstappen arrasaba en la pista, Horner maniobraba entre ‘bambalinas’ para tratar de deshacerse de Marko. Max se posicionó a favor de su descubridor y amenazó con irse.

Dicen las malas lenguas que Marko fue quien filtró la investigación contra Horner por la denuncia de su secretaria. El británico logró salir indemne del ‘affaire’ y en el primer gran premio de 2024, en Bahrein, escenificó su golpe de autoridad rodeado por su esposa, la ex Spice Geri Halliwell y el copropietario de Red Bull GmbH, Yoovidhya. Jos Verstappen llegó a pedir públicamente la ‘cabeza’ de Horner, aunque la continuidad de Marko y el éxito del RB20, la última ‘obra maestra’ de Newey, parecieron devolver la calma al equipo. 

Pero era pura fachada. Las tensiones continuaron –y continúan- y Newey no aguantó más. El genial ingeniero, artífice de los trece títulos de Red Bull desde su llegada al equipo en 2006, forzó su salida pactada en 2025. Incluso el día elegido por la escudería para hacer oficial su marcha -1 de mayo- fue un golpe bajo, teniendo en cuenta la coincidencia con el 30 aniversario de la muerte de Ayrton Senna. El brasileño se estrelló en Imola con un Williams diseñado por el ingeniero británico, que difícilmente habría elegido esa fecha tan señalada para hacer pública su despedida.

Verstappen ¿el próximo?

Es evidente que Newey soportaba una parte importante del peso del equipo y su adiós puede provocar un efecto dominó. ¿Será Verstappen la siguiente pieza en caer?. El neerlandés tiene contrato en vigor hasta 2028 y hasta ahora ha mostrado su preferencia por cumplirlo: “Siempre que las personas importantes en el equipo continúen”, advirtió.

Mercedes, que busca un recambio con máximas garantías ante la marcha Lewis Hamilton a Ferrari en 2025, ha tentado a Max con una desorbitada oferta, que algunos cifran en 100 millones por temporada.

Y aún queda otro ‘fleco’ importante que puede hacer ‘tambalearse’ el proyecto ganador de Red Bull. En 2026 la Fórmula 1 atisba un cambio de reglamento y Honda dejará de suministrar sus motores a los de Milton Keynes, que empezarán a fabricar sus propias unidades de potencia en colaboración con Ford.