El culebrón de la F1: Honda aún confía en convencer a McLaren

Alonso, a los mandos del McLaren-Honda

Alonso, a los mandos del McLaren-Honda / efe

Josep Viaplana

Josep Viaplana

Es cuestión de días. Se da por hecho que antes del GP de Singapur McLaren anunciará el motor que utilizará en 2018, siendo ahora Renault quien está en pole, pero Honda se resiste a romper el contrato y firmar con Toro Rosso. La situación es compleja.

Los japoneses evalúan la opción de dejar la F1 y esto es, precisamente, lo que no quieren que pase ni la FIA ni Liberty Media, la empresa que ahora gestiona el Mundial. Si McLaren confirma la ruptura del contrato con Honda y Toro Rosso elige continuar con Renault, Honda se vería fuera de la F1.

Yusuke Hasegawa, máximo responsable de Honda en F1, no esconde que “Honda nunca renunciará a seguir esta colaboración” y para hacer realidad su deseo indicó en Monza que “todavía estoy tratando de llegar a un buen rendimiento para convencerles, pero no estoy seguro de que sea suficiente”.

Honda no ha caído en el desánimo pese las virulentas críticas por la falta de rendimiento y, sobre todo, por los problemas de fiabilidad, que han llenado su relación con McLaren de frustraciones. En Austria introdujeron la especificación 3 del motor y desde entonces el desarrollo se ha acelerado y el ratio de evolución es positivo. “Hemos visto algunas ganancias de rendimiento con cada actualización, por lo que es bastante motivador”, explicó Hasegawa en Italia.

Soluciones complejas

La mejora, que es una evidencia, no es aún suficiente y, además, tampoco se ha plasmado en la pista porque tanto en Spa como en Monza han sufrido penalizaciones en parrilla pensando en el GP de Singapur, donde por las características del trazado dispondrán de una buena oportunidad. Por otro lado, Honda ha dejado bien claro que ellos no quieren romper el contrato en vigor y que cualquier ruptura unilateral por parte de McLaren requerirá una importante compensación económica.

En el paddock las partes se están moviendo para alcanzar una solución pactada, pero no es fácil. Al contrario, muy compleja. Red Bull parece haber dado su autorización a Toro Rosso, que es el equipo filial, y a Renault, ya que tiene opción de veto, para que se haga efectiva la operación. A cambio, exige a los franceses una evolución del motor que se ponga a la altura de Ferrari y Mercedes y, por otro lado, exige un ‘comodín’ a Honda. Es decir, se guarda la posibilidad de equipar motores japoneses en el futuro si son competitivos.

Renault, por su parte, asegura que no están preparados a suministrar motores a más de tres equipos –además, es el máximo que marca el reglamento- y para que se haga realidad la operación debe haber un acuerdo con Toro Rosso. En el intercambio, los franceses han pedido a Red Bull que traspase a Carlos Sainz, un piloto largamente pretendido por los de Viry-Chatillon.