La otra cara de Oriol Romeu, mucho más que un futbolista

El todavía centrocampista del Girona se autoeditó un libro-diario en el que explica la otra cara de un deportista de élite

Lector de los estoicos, rehúye las redes sociales y asegura que hay muchos parásitos alrededor del fútbol

Girona - Elche | El gol de Oriol Romeu

El golazo de Oriol Romeu al Elche / LALIGA

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Oriol Romeu es un futbolista con inquietudes. Hace dos años se autoeditó un libro: 'La temporada de mi vida, el viaje interior de un futbolista’. Un trabajo en el que vuelca sus inquietudes con temas que le inquietan: las inseguridades de un deportista de élite, las estragos de las expectativas o la cara B del éxito

El centrocampista del Girona, que podría regresar al Barça, a menudo no termina de conectar con el mundo que lo rodea. En una entrevista SPORT ya reconocía su incomodidad con las redes sociales. "No tengo instagram y utilizo muy poco twitter. Es un mundo que, para lo que me aportaba, no sentía que tenía que estar metido. Era estar constantemente pensando en meter una foto después del partido, en compartirlo con este o con el otro, en que no se vea nada raro. Todo tiene que verse bonito y perfecto y eso es irreal. Estás vendiendo una imagen que no existe. Prefiero no formar parte de eso". 

Romeu disfruta más de algunas lecturas que le ayudan a gestionar la presión de la élite. "Conocí la filosofía estoica a través de un divulgador que se llama Marcos Vázquez y su libro ‘Invicto’. Son mensajes de hace mil años, pero hay mucha similitudes entre lo que ellos tenían que lidiar y lo que nos toca a nosotros. Una frase que me gusta mucho que dicen: si te provocan con facilidad te controlan con facilidad". 

Mata, con el que coincidió en el Chelsea, fue el que impulsó sus hábitos de lectura. "Un día hablando con Mata le dije que, cuando no sabía qué hacer por las tardes, estaba tirado en el sofá, me ponía a jugar a la Play y dormía. Entonces él me dijo: ¿y por qué no lees? Era algo que me había planteado, pero nunca había arrancado. Me regaló el libro y me dijo: pruébalo. Y cuando tienes una conexión con la primera lectura es algo que quieres recuperar". 

También fue Mata quien lo frenó cuando empezó a comprarse ropa por encima de sus posibilidades. "En esa época Dolce & Gabbana patrocinaba al club, teníamos descuento y muchos jugadores lo vestían. Piensas, vale esto es lo que hacen los jugadores del primer equipo del Chelsea, pues yo también lo voy a hace [risas]. Recuerdo ir a la tienda a malgastar y al volver Mata me dijo: ¿Por qué? Si nunca has llevado esto; no eres tú ni es tu manera de ser. Me chocó y al recapacitar un poco pensé: pues tiene razón. No me siento identificado. No estoy cómodo con este tipo de indumentaria y no me lo volví a poner, la verdad. Gracias a Mata solo me duró un día. Terminé regalando todo".

Tras la etapa en el Chelsea llegó una cesión al Valencia, donde aprendió alguna lección importante. "Venía del Chelsea pensándome que era el puto amo y, cuando llegaron las curvas, me dije: yo aquí tengo que jugar porque soy jugador del Chelsea y tengo cierto estatus. Incluso me comparaba con algunos compañeros que conocía del Barça o la selección y pensaba: he jugado con ellos y voy a acabar jugando sí o sí. Llegas a pensar que el único que no lo ve es el entrenador, pero al final me di cuenta de que, si llevaba tres meses y no jugaba, a lo mejor el que estaba equivocado era yo. Llegué al Valencia con los humos subiditos".