Mbappé y Neymar se bastan y sobran para triturar al Amiens

Sergi Montes

Sobrado. El PSG cosechó su sexta victoria seguida en la Ligue 1 con un casi inevitable triunfo sobre el Amiens. La conexión Mbappé-Neymar, flanqueada por el goleador Icardi y Di María, se ventiló un partido plácido para los hombres de Thomas Tuchel. La mala noticia para el equipo parisino, cada vez más líder, llegó en forma de lesión. Los dos centrales titulares, Diallo y Thiago Silva, se marcharon camino a vestuarios antes de tiempo.

Los capitalinos llegaban líderes, con siete puntos sobre el Marsella, y un partido menos jugado. Esa absoluta superioridad llegados al ecuador de la Ligue 1 se apreció por enésima vez en el arranque de su duelo con el Amiens. El equipo del esloveno Luka Elsner, con apenas un punto en las cinco últimas jornadas, salió mordiendo muy arriba e intentando adelantarse en el Parque de los Príncipes. Y como no podía ser de otra forma, acabó recibiendo el primer zarpazo de la noche.

Una contra de manual con un pase al espacio de Neymar para Mbappé la materializó Kylian, un día después de su cumpleaños, resolviendo con sutileza al picarla por encima de Gurtner. El propio Gurtner, no exento de reflejos, evitó el segundo tanto parisino sacando un gol cantado a Neymar y una genialidad del eléctrico Mbappé, capaz de sacarle tres metros a su par en medio palmo de terreno.

Que los parisinos ampliarían la renta sobre los 'unicornios' ni cotizaba. Nada más arrancar la segunda mitad, Icardi realizó una buena acción individual, secundada por la torpe zaga del Amiens, que resolvió Neymar en área pequeña. Son ocho goles y tres asistencias del carioca en diez partidos de liga, jugando a medio gas pero, eso sí, reencontrándose con la enconada afición del ‘pesegé’. El baile del líder a su rival no tenía freno, por lo que Mbappé aprovechó la tesitura para anotar el 3-0 a pase de Di María. Nueve goles y tres asistencias para el astro galo en sus siete últimos compromisos con el PSG, amén de siete partidos seguidos mojando, no es moco de pavo. Con todo dicho, el equipo de Elsner dio un paso adelante. Navas evitó la diana rival con un paradón sobre Dibassy, pero no pudo hacer nada para evitar el 3-1 de Mendoza.

La cifra de la goleada, no obstante, era una moneda al aire. Lo mismo podía caer un póker que media docena. Se contentaron los de Tuchel con solo un gustazo más, este del renacido Icardi.