La inviabilidad del PSG, y de Francia

El PSG, sin ir más lejos, ha perdido 831,2 millones de euros desde 2019-2020

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@Ligue1UberEats

Marc Menchén

Marc Menchén

El fútbol francés avanza lentamente hacia su descuelgue del denominado Big-5. La Ligue1 hace años aceptó permitir el surgimiento artificioso del Paris Saint-Germain (PSG) como club europeo de élite, una aceptación basada en la idea de que podría ser un motor de expansión para el conjunto de la competición, pero que unos años después evidencia el error que fue.

Hoy la liga no es ni más competitiva, ni más consumida que antes a nivel internacional -menos aún tras el adiós de Messi, Neymar y, probablemente, Mbappé-. Incluso en Francia, las televisiones han dejado claro que cualquier oferta por los derechos será a la baja, por lo que la próxima regulación de Uefa sólo puede suponer un corte de raíz al modelo de negocio de los clubes galos, que han operado a pérdidas para ser relevantes en Europa ante la debilidad de sus ingresos a nivel nacional.

El PSG, sin ir más lejos, ha perdido 831,2 millones de euros desde 2019-2020, y los datos de la última temporada revelan que anda muy lejos de poder pagar una plantilla top con la realidad de los ingresos en Francia. Con las nuevas normas de sostenibilidad, el equipo propiedad de Qatar Sports Investment (QSI) sólo puede estar condenado a una prolongada renuncia a su particular política de galácticos en el medio plazo, con la televisión nacional a la baja, un estadio que no da más de sí y una pirámide de patrocinios bajo la lupa para evitar los regalos pasados del emirato.

El problema es que su estrategia ha arrastrado a muchos. Los parisinos suponen el 35% de todos los ingresos de la Ligue1, y quienes han intentado disputarle el campeonato o garantizarse plaza europea han seguido el mismo camino de gastar en plantilla más de lo que se factura. El Olympique de Marsella ha perdido 430,4 millones desde que pasó a manos norteamericanas en 2016-2017, mientras que el Lyon se ha dejado 298 millones en las últimas cuatro temporadas. En total, el ecosistema del fútbol francés perdió 282 millones de euros en 2022-2023, acumula un agujero de 2.432 millones en la última década y encadena siete años sin acercarse la rentabilidad. ¿Lo peor? El escenario que se abre.

El cierre de 2022-2023 esconde unos ingresos extra de más de 500 millones a cuenta de su acuerdo con CVC que evitaron un agujero mayor. Y este año más hasta los 1.500 millones que comprometió el fondo, pero que los clubes devolverán cediendo parte de sus ingresos por televisión en un ciclo de devaluación salvo giro inesperado. Y con plantillas menos competitivas de los principales equipos para ajustarse a Uefa.